¿Qué se comparte en la Economía colaborativa?

No quiero parecer un negativo ante todo. Ya sabrán que mi posición crítica no está orientada a ser anti-sistema, sino a comprender los procesos y los discursos poco visibles. En palabras de Giorgio Agamben, me gusta hacer una Arqueología de las tendencias actuales, buscar aquellas signaturas, por las cuales las cosas revelan sus cualidades invisibles.

No es la primera vez que me toca hablar de la economía colaborativa. Un largo artículo de Uber saqué hace un mes.
Las cosas se están poniendo complejas y los gobiernos (aquellas instituciones más conservadoras en muchos sentidos, pero que también son innovadoras cuando les conviene) están tomando decisiones drásticas para uno y otro lado.

Lo que cuesta develar, entonces, es el sentido hacia el que se dirige esta moda de la colaboración. ¿Qué cambios están transformando positivamente a la sociedad?¿Quién se beneficia mientras tanto?¿Qué rol están jugando los Gobiernos?

Como todo campo, la lucha de poder es feroz, pero en un ámbito donde el conocimiento y la información que se maneja es escaso, es aún peor.
Digo conocimiento e información por dos razones, y hago hincapié en esto porque supuestamente estamos en la “era del conocimiento y la información” y las TICs son el futuro (por lo menos vienen siendo hace 15 años y no sabemos donde vamos a terminar).
Por un lado, solo un bajo porcentaje de la población sabe qué es “economía colaborativa”, “emprendimiento”, “procomún”, etc, etc. Esto hace que el cambio, en principio, sea para algunos. Además, pareciera que esta nueva moda desvaloriza lo que estaba antes. Es decir, aquellas prácticas fundadas en la colaboración y el intercambio, y que estaban organizadas en torno a otros valores, con o sin internet de por medio.
El segundo lugar crítico, es la información en sí. Retomando a Agamben, el dispositivo-máquina de la economía colaborativa es compartir a costa de esconder otras cosas.
Ni Uber, ni Airbnb, ni los gobiernos, ni las universidades dejaron de lucrar (ya sea económica o políticamente) con ello. Y por ende, la ganancia está en compartir un objeto (generar nuevas mercantilizaciones), por ejemplo la casa o el auto, y no compartir la forma en que ese modelo se crea, o funciona.

Si un gobierno que fomenta la economía colaborativa, no es consciente de la disruptividad social que generan estos modelos, y por lo tanto, segregación, está reproduciendo el modelo capitalista, al mismo tiempo que fomenta el consumismo en nuevas formas. Porque, convengamos, no difiere mucho del modelo original.

¿Cuál es la alternativa? Entre todas las aplicaciones y plataformas que hemos adquirido con las nuevas generaciones tecnológicas, la que veo que está cayendo en desuso es la wiki.
Algunos ya ni recordarán, que las wikis no son solo Wikipedia, sino una plataforma abierta de colaboración mutua y la mejor forma (a mi parecer) de compartir conocimiento.
La gran dificultad de las wikis, es el formato, que tal vez no es el mejor para personas que no están acostumbradas a manejar diferentes interfaces (si se ponen a pensar, las personas comunes solo manipulan interfaces digitales en sus computadoras, smartphones y algún kiosco en la vía pública). Pero más allá de eso, las wikis habían comenzado a usarse para compartir información y disponer del conocimiento en muchos ámbitos. De una forma abierta y comunitaria, todos podían acceder a todo.

Ahora que están de moda los FabLabs y MakerSpaces, que están orientados al “hacer” han dejado de lado el componente del conocimiento que tenían los Medialabs y se dedicaron a la masificación del “hacer”. El Fetiche producido por esos modelos cerrados, olvidaron la importancia de documentar y compartir libremente sus resultados.

Las universidades y los centros de investigación, siguen valiéndose del paradigma científico de los papers y las publicaciones elitistas. Muy pocas investigaciones son difundidas libremente, y estructuran su valor en el mercado científico.

Los gobiernos, lejos de transparentar su metodología, mercantilizan su gestión a costa de la falta de información. El paradigma de Gobierno Abierto se agota en el momento en que no haya más datos que compartir, cuando lo realmente valioso son los procesos de construcción de sentido, en las decisiones que se toman para una ciudad.
Retomando a Agamben, él dice que “la profanación de lo improfanable es la tarea política de la generación que viene”, es decir, devolver a las personas el valor de uso de las cosas. Los datos, hoy en día, son el objeto de mercantilización de la gestión. Saca de discusión la lucha política para que los ciudadanos “compren” de forma deliberada una mejor gestión, sacralizando la información, alejándola del objeto real.

En definitiva, la profanación de la que habla Agamben, no es un proceso del que estemos cerca. Él habla del capitalismo como una religión, en el que se separan las cosas de los hombres, para convertir lo separado en mercancía. El consumo, desde su visión, es la imposibilidad del uso.

Los defensores de la naturaleza, no así los ecologistas que forman parte del mismo paradigma capitalista, tienen razón en que hay que volver a conectarse con lo natural. Pero lo natural en la relación del ser humano con las cosas en si. La abusada frase “vivir el presente” es, en algún sentido señal de esta reconexión entre las cosas y los seres vivientes.
Una verdadera economía colaborativa, sería la que rompe los caminos existentes y abre nuevos al paso del hombre. Estos caminos no están marcados, como las reglas que rigen nuestras sociedades, sino que existen en la potencia-de-ser, en cualquier momento, en cualquier persona.

Save the Lab

Este es un post de reivindicación. Corto, pero preciso.
Hace unas semanas, salió a la luz la posible maniobra que estaría negociando la alcaldía de Madrid para dejarle el hermoso edificio de las Serrerías Belgas de MediaLab Prado, a Telefónica.

El MediaLab originó todo lo que soy. Fué inspiración para Estado Lateral, donde trabajé durante algunos años y que me permitió viajar a conocer cuando aún estaban en Plaza de las Letras. También intentamos hacer algo parecido en Buenos Aires con Enrique Avogadro, que no funcionó, pero cada uno siguió con su búsqueda (Ahora el CMD tiene su laboratorio, lejano a MediaLab, pero inspirado en sus orígenes).

El MediaLab-Prado, gracias a la difusión de sus contenidos y de sus encuentros por streaming, me permitió conocer a gente maravillosa, que inspiró a mi carrera, como Juan Freire o a José Luis de Vicente, por nombrar algunos. Me hizo conocer el concepto de pro-común, del que tanto escribí en mi blog. Me hizo realizar CityCamp, y crear Chiripa. El Medialab-Prado, es el espacio de innovación más representativo para el mundo hispano.

Defender los espacios públicos innovadores, es defender el futuro.
Algunos argumentan que la gestión privada igual es buena, pero no es igual de buena. Porque no se trata solo de los contenidos que se desarrollan, sino de los valores que se transmiten. Y un lugar abierto, como lo es ahora, es vital y necesario.

Para entender qué está pasando con el laboratorio, visiten savethelab.org

Pensando un centro de innovación en la ciudad

makerbot

En mi último artículo hablaba de qué es la innovación y por qué no todos la necesitan. Sobre esa construcción conceptual quiero exponer ideas de lo que debería ser un centro que nuclea actividades para mejorar la potencialidad innovadora.
Desde un primer momento, tenemos que descartar que un espacio, por más infraestructura que ofrezca, por si sólo no genera innovación y que si no es correctamente pensado puede ser un fracaso su inversión en tiempo y dinero. Tampoco se necesita un centro especializado, el caso de La casa encendida en Madrid o zzzinc en Barcelona es un claro ejemplo de innovación auto-organizada, ni hablar de Campo de Cebada.

¿Por qué un centro de innovación?

Así como argumentaba que no todos necesitan innovar, la premisa es la misma. Un espacio como estos requiere muchos recursos, personal, capital humano altamente capacitado. Y si lo que queremos es difundir conocimiento, o darle un espacio de trabajo y colaboración a cierto sector productivo, existen alternativas más ajustadas. Por ejemplo los telecentros de Colombia o los makerspace.

Por otro lado quiero aclarar que este tipo de lugares no difiere mucho de un Medialab, de los cuales ya he escrito anteriormente y los existentes en todo el mundo son ejemplos válidos para tomar como modelo. Algunos de ellos pueden ser el centro Matadero-Madrid, o el centro Ravensbourne de Londres.
Por ultimo, y antes de comenzar a puntualizar algunas ideas, creo que buenos aires tiene varios centros públicos y privados que ya podrían ser potenciales centros de innovación o están en camino a serlo, lo que falta considero que es la colaboración y la voluntad de crecimiento en el ecosistema. Típica idiosincrasia porteña, pero que en lo que hoy no nos enfocaremos.

Partiendo de la base conceptual ya aclarada, la piedra angular de un centro de innovación es el conocimiento. Y el tipo de conocimiento a considerar está dividido en dos universos, diferentes y complementarios. El conocimiento científico y el conocimiento abierto (open knowledge), ambos son necesarios para poder gestar conocimiento y que este sea transferido a la sociedad abiertamente. A partir de estos universos vamos a poder pensar qué se necesita para el éxito de nuestro centro.
Otro aspecto debemos considerar que la innovación se da en muchos ámbitos, y que debemos definir a priori, cuales son los que esperamos desarrollar en un plazo medio. Si bien es posible ser abierto ante todas las oportunidades, los recursos nunca son infinitos, ni el acceso al conocimiento especializado.

Antes de pensar en el lugar, debemos pensar en su ubicación geográfica. Según la teoría de los polos de crecimiento (desarrollado por Perroux), el capital (ya sea económico o de otra índole, en este caso nuestro capital es de conocimiento) que se desarrolla de forma localizada es desequilibrado entre los diferentes actores ubicados en un mismo polo. Con lo cual, si pensamos ubicarlo cercano a otro centro de igual tamaño, es posible que se desaproveche su potencialidad, sino que es recomendable ubicarlo cerca de centros más pequeños o de otro tipo de generación de conocimiento. Por ejemplo, pequeñas instituciones educativas, centros de capacitación, o pequeños productores de creatividad.
Es esencial para generar una dinámica de intercambio de capital y una producción de valor, que existan necesariamente otros centros más pequeños que funcionen como proveedores y como usuarios de nuestro centro. Sino quedaría aislado resultando muy difícil generar movimiento a su alrededor.
En cuanto a su arquitectura, es recomendable pensar en la recuperación de viejos espacios, y no de la construcción desde cero. Esto es porque mantiene un valor cultural y patrimonial que el entorno reconoce y genera mayor aceptación y reconocimiento. Podemos tomar como ejemplo Hangar de Barcelona o el stgomakerspace en factoría Italia de Chile

Infraestructura

Dicho esto, voy a hablar de la infraestructura mínima necesaria. Si vamos a pensar que las personas van a realizar ciertas actividades, debemos ofrecerles lugares adecuados. De otra manera, serán subvalorados y pueden caer en deshuso.
Depende de las actividades que se esperan desarrollar que los espacios sean muy abiertos o muy cerrados. Pero hay algunos que no pueden faltar si queremos que el conocimiento y la integración se desarrollen.

Para que el conocimiento se haga lugar en nuestro centro debemos pensar que este debe ser elaborado, debe ser llevado a la práctica y debe ser compartido. Estas tres instancias pueden ser sincrónicas o asincrónicas. Y para ello se debe construir en 3 tipos de espacios (aunque sean en una misma habitación).
Una biblioteca (analógica y digital) en donde se puedan consultar material de todo el mundo, necesario para la investigación.
Laboratorio, abierto y especializado en las disciplinas temáticas a trabajar. Con disponibilidad de materiales necesario para las actividades.
Espacios de reflexión, aquí es el punto más cercano entre los diferentes actores para discutir los temas que se trabajan. La reflexión es la base del conocimiento y esta debe ser fomentada.
Además, es importante publicar lo generado, a través de charlas, talleres, publicaciones y un repositorio online (wiki, streaming audiovisual, etc).

Con estos tres espacios nos aseguramos que el conocimiento fluya, pero también es posible ofrecer espacios de trabajo, contar con facilitadores y otro tipo de actividades que mejoran la relación con los actores involucrados.

Contenidos

El centro debe tener programas focalizados. Cualquier investigación debe estar enmarcada en un contexto y debe tener tutores que guíen el trabajo, que curen los contenidos y que organicen jornadas para reunir a otros actores interesados. Un buen ejemplo son las áreas temáticas del Medialab Prado, que se dividen entre audiovisual, procomun y ciudad, entre otras.

Hablando de actores, es importante que el centro se relacioné abiertamente con otras instituciones y actores. Estos serán los que traigan el conocimiento y nuevas ideas a la mesa de trabajo. Empresas, universidades, centros de investigación, etc son agentes con los que se deben formar alianzas (temporales, y no excluyentes). Si esto no existe, el centro no podrá armar una red de agentes necesarios y el conocimiento se verá estancado o será unidireccional.

Por otro lado, el centro debe estar con los ojos bien abiertos a las nuevas oportunidades. Si pretendemos que sea innovador, es posible que se enfrente con situaciones que no se dan en otra parte del mundo. Por eso, quien dirija el centro debe ser una persona abierta, positiva, y que no se deje llevar por las tendencias sino por su intuición para ofrecer a estas oportunidades la potencialidad necesaria para que se desarrollen.

Ahora bien, yo creo que la mayoría de los procesos de innovación se dan a partir de la observación empírica del objeto a estudiar. No hay que olvidarse de que las metodologías de estudio son importantes para que esto suceda, y por lo tanto, especialistas e investigadores de diferentes ramas deberán aportar su saber al resto de los participantes del centro.

Esto nos lleva a pensar la estrategia de redes de agentes. Como cualquier gran proyecto necesita de una estrategia y es especialmente relevante la construcción de una red de agentes para este tipo de espacios. Ello nos permitirá definir los perfiles de agentes que interactúan con nuestro centro.

Para empezar a pensar una estrategia, como punto de partida tomaría la teoría de desigualdad participativa, porque hay que recordar que no todos tienen la misma participación mide la misma manera y que los roles de los agentes pueden variar según situación.
Un mapa de agentes, como puede ser el de Euskadi, nos permitirá delinear los campos de acción posible y una estrategia en diversos escenarios.
No iré más allá en el asunto de la estrategia ya que depende de cada proyecto, lo que me interesa es dejar en claro la necesidad de establecer un estado del arte antes de sambullirse en la ambición y la complejidad de la planificación.

Más allá de todos estos puntos de observación que listé, es importante y vital que cualquier iniciativa relacionada a la innovación esté atada al concepto de pro-común, que de la fluidez con que se den las cosas y del volumen de participación dependerá su productividad.

Si quieren leer más sobre información o cosas que están pasando en el mundo en español, recomiendo seguir a Doménico di Serna, José Luis de Vicente, Juan Freire y Paco Prieto.

Hackatones, concursos, prototipados y aplicaciones con soluciones reales

A raíz de una crítica sobre los hackatones, en general, y sobre el DAL que se celebró recientemente en varias ciudades de Latinoamérica, han surgido varios puntos que vengo tomando nota hace un tiempo respecto a esta nueva cultura de participación.

Como comentaba, DAL tuvo varias aplicaciones interesantes, y talvez como dice Sasaki, dificilmente las veamos en su versión final para ser usada. Lo mismo con BA Apps, que ayer se dieron a conocer los ganadores. De los cuales Bicicleta Buenos Aires y Parkando fueron los seleccionados y me deja pensando que ambos tienen que ver con mapas y movilidad.

El asunto es ¿qué incidencia puede tener este tipo de concursos a la innovación social?. Tal como hablaba ayer con gente de Gobierno Abierto del GCBA, es cierto que no se puede hacer un seguimiento de los proyectos, sino tan solo ellos intentan dar un soporte para ayudar a aquellas aplicaciones que puedan dar un salto y salir al mercado, o por lo menos estructurarse mejor y postular para una inversión real. Estamos asumiento entonces que hay una cultura de emprendedorismo detrás de este movimiento.

Pero ¿cómo mezclar el bien público con el modelo emprendedor? Por supuesto que es compatible y necesario, pero aquí la funcionalidad es crítica y el objeto de la aplicación debe tener como fin último el bien común. Por eso, creo que este tipo de empresas que comienzan a surgir tienen que ir de la mano con programas como Empresas B o por lo menos tener un gran sentido de responsabilidad social.

Volviendo al foco. Clay Johnson, director de Sunlight Labs, asegura que no hay que enfocarse en los concursos de aplicaciones sino en crear comunidad. Y de esto se desprende el segundo tema.
En general los concursos y hackatones en latinoamérica están orientados a un tipo de público, ya sea desarrolladores, sector público o diseñadores. Noviembre fué un més lleno de ellos y era notable que había muchos desarrolladores, muchos diseñadores o muchos especialistas. Pero nunca todos juntos.

Se que es muy dificil atraer a distintos públicos. Tuvimos la experiencia de CityCamp que fué fantástica en ese sentido, pero aún los urbanistas no entienden la importancia de una app, y los desarrolladores terminan desarrollando algo para un problema que suponen y del cual no tienen conocimiento. Y resulta que, de esta manera, la capacidad de innovación es mínima, ya que terminan copiando proyectos de afuera o bien no resuelven problemas de la comunidad.
También pasa al revés, en DAL había muchas necesidades desde ONGs y pocos desarrolladores que puedan tomarlo, pero lo peor fué que no había diseñadores (UI/UX), profesión que está en déficit en este país.

Entonces, ¿cómo convocar al resto? sin duda es un trabajo dificil, pero para eso, la comunidad tiene que abrirse. No es tan sencillo como armar una convocatoria por redes sociales. Hay que ir a buscar a las comunidades donde están y demostrarles de lo importante que es. Y para eso es un trabajo constante que hay que hacer todos los meses.

Por otro lado, falta una orientación hacia la innovación social. En Argentina, y creo que en el resto de Latinoamérica es similar, no tenemos cultura de innovación, y mucho menos en ámbitos más duros como en el de las ciencias informáticas. Por eso me parece escencial hacer un seguimiento, o bien entrenar a los participantes en capacidades de innovación.
Se pueden armar sesiones de problematización, o de brainstorming, hasta generar mapas complejos para analizar como afecta la idea al entorno al que será aplicada.
En general, los hackatones consisten en una presentación de idea, que es desprendida de una necesidad real o supuesta, y sin ningún tipo de análisis profundo se piensa en sus funcionalidades y luego se hace un diseño acorde mientras se la programa.
Con la excusa de que el tiempo es corto, y con el desconociemiento, se saltean procesos en donde la creatividad y la innovación real se fermenta. Y acá es donde luego vemos aplicaciones sencillas, que quedan en la nada. Ni hablar de modelo de negocios para que esa aplicación evolucione.

Y no quiero que se entienda esto como una crítica a la cultura del prototipado o de la actividad hacker, al contrario, me parece que es lo que falta. Hay una ausencia de metodología de prueba-error, de saltos creativos y de improvisación. Es lo que hace que los participantes vayan a lo seguro, a lo obvio.
Y me trae a duda entonces el sentido del hackatón y la metodología de premiación. Porque como se viene haciendo, con la excusa de motivar a los participantes, estos dejan de arriesgar. Como comentaba en mi post sobre SmartCityExpo, Esteve Almirall insistía con que la participación cívica debe ser por el bien mismo y no por un premio. Porque así se pierde, no solo el sentido de la cultura hacker sino tambien se genera una dependencia directa y nos olvidamos del procomún como situación emergente.

Resumiendo

Es necesario lograr una convocatoria más abierta para generar una interacción real y contundente, es necesario capacitar a los participantes en innovación social y fomentar la experimentación. Todo esto puede realizarse desde mejoras en los formatos de los eventos/concursos.
Las ideas por si solas no sirven, no generan innovación. Esto ya lo vengo comprobando desde que lancé 10.000ideas, proyecto que me parece fantástico justamente porque permite comprar exactamente eso.

«In other words, if your goal is teaching people to code software, to learn how to play with data, foster engagement, create community, spread tools or share knowledge as well as create some product like an app or a visualization, then I wouldn’t run a competition. Instead, I’d organize community events.»

Dice David Eaves

Aparte de las mejoras que se pueden hacer, hay que pensar el siguiente nivel. ¿Cómo hacer para que los resultantes de estos eventos tengan una integración útil y no quede en la nada? Waldo Jacquith le da importancia al modelo de negocios o bien a alguna forma de sostenibilidad, «de otra manera será solo un juguete que no hará nada para beneficiar a nadie».
Talvez los gobiernos que organizan concursos deban continuar su desarrollo, pensando en cómo retribuir a los participantes que van a donar la aplicación (el procomún es esencial acá), tener inversores dispuestos a apoyarlos o bien tener un asesoramiento y apoyo para que esta aplicación evolucione, etc.

Por último quiero dejar en el tintero dos temas que serán parte de la agenda en 2013. Por un lado, este año todas las comunidades de openData están de acuerdo en que hay una gran incógnita respecto a quien le resulta útil toda esta información que se está liberando desde diversas instituciones. ¿Quién tiene acceso y para qué son útiles los datos abiertos?¿Realmente estamos generando algo de innovación o es solo una moda? que sin duda genera mejoras en varios sentidos.
El segundo tema es Internet of Things. Aún en latinoamérica está muy verde, en Europa ya empiezan a ver una ofuscación con el tema de los sensores ciudadanos, pero es importante que la comunidad se desarrolle y empecemos a fomentarlo en los hackatones y concursos.
Creo que solo con aplicaciones web y mobile no alcanza, hay que integrar y mejorar la oferta de objetos para ir hacia una verdadera SmartCity. Y por eso es que creamos el grupo IoT en Buenos Aires, para comenzar a forjar una comunidad en torno a los objetos.

Fuentes:

  • http://radar.oreilly.com/2011/08/app-contests-sustainability-usability.html
  • http://radar.oreilly.com/2011/07/app-outreach-and-sustainabilit.html
  • http://techpresident.com/news/wegov/23146/app-contest-or-not-app-contest
  • http://poikola.fi/apps-contests-everywhere/
  • http://davidsasaki.name/2012/12/on-hackathons-and-solutionism/
  • Foto de portada: http://www.yobinario.net/2012/12/hoy-comienza-desarrollando-america.html

Buenos Aires empieza a pensar en una ciudad ideal

citycamp buenos aires flyer
Hace 3 meses, empezamos a pensar con Guada un evento que cambie la forma de hacer ciudades. Será porque queremos cambiar las cosas, pero primero nos dimos cuenta que parecido a lo que decía Descartes, primero hay que pensar para que las cosas sucedan. Y un evento es ideal para juntarlos a todos y pensar en conjunto.
Y cuando me refiero a todos es que hemos hecho el esfuerzo de pensar en todos los actores que en una ciudad tan grande como esta dan forma a la plataforma urbana mediante la coordinación de sus acciones.

Es así que CityCamp cobra vida con la intención de marcar un hito, una entrada al camino del pensamiento urbano colaborativo.
Y digo camino porque CityCamp no es solo un evento, es una comunidad, que nació hace 2 años (en USA, obvio) y va creciendo día a día con encuentros periódicos y debates temáticos que intentan favorecer la participación local.
Por eso, nosotros lo tomamos como apalancamiento de todas las actividades que estamos con ganas de hacer y empezamos a desarrollar hace algunos meses. 10.000ideas fué la primera, y se vienen muchas más!

Citycamp va a tener un evento anual, pero también varios encuentros bimestrales. Se van a trabajar temáticas relacionadas con Sensoring y mapeo de datos, Cultura Abierta, Desarrollo Local, ProComún, Espacios Públicos, Participación Ciudadana, Nuevas Tecnologías para la Educación, Innovación social y Planificación Urbana.

Para el primer evento, que se realizará el 8 de septiembre en la Universidad de Palermo y será el primero de Latinoamérica, hemos convocado muchos proyectos interesantes. Desde gobiernos que nos van a contar sus planes, académicos que mostrarán estudios relevantes, ONGs que contarán su trabajo y varios proyectos independientes que marcarán un nuevo camino a las ciudades de la región.

El evento es totalmente gratuito. Si quieren ir, solo tienen que registrarse en el formulario y les enviaremos la invitación.

No dejen de perderse las novedades en el sitio del evento porque se vienen muchas sorpresas y todas en un solo día!

Innovación Urbana y planificación colaborativa en Buenos Aires

buenos airesAún estoy aprendiendo y creo que nunca dejaré de hacerlo, pero soy bastante nuevo en el ámbito del estudio urbanístico. Conozco muchos proyectos, de acá y otras ciudades. Por suerte internet permite conectar, hacer puentes y saltear obstáculos de conocimiento. Pero también te permite ver solo lo que está en la superficie.

Hace tiempo que vengo pensando en armar un espacio, un laboratorio urbano. Que mezcle periodismo, tecnología, investigación, arquitectura, ciencias sociales, diseño y cultura en un mismo espacio.
Pero antes de hacerlo, busco los puntos que intentaré unir para que esto funcione.

Veo en otras ciudades en las que me muevo, como Madrid o Santiago de chile, grandes proyectos y expectativas. Un pensamiento integral y la necesidad de pensar las ciudades desde otro lugar. En Buenos Aires me cuesta verlo, hay proyectos pero son pocos y de bajo perfil.
No se si nunca existió la real preocupación o es que yo no lo veo. O talvez esa preocupación quedó en el lado académico e investigativo, y no en su aplicación real. La Sociedad Central de Arquitectos es como un gran polo de pensamiento urbano. Pero son Arquitectos, nada más. Se que hay mucha gente trabajando en otros lugares, proyectos y cosas, pero no se dejan ver.

Me pregunto entonces ¿por qué no existe esa motivación en esta ciudad?. Transitan casi 10 millones de habitantes y se dice que las culturas y las costumbres en esta ciudad son infinitas. Su edificación es grandiosa y el gobierno local lucha por innovar en el sistema de transporte y en las industrias culturales entre otras cosas, pero con políticas centralistas. Son pocos los proyectos independientes que nacen con fuerza y con intención de aportar al bien común.
Hay focos, en las villa miseria, en el sector cercano a la cuenca Matanza-Riachuelo, entre otros lugares destacados, que por su urgencia han nacido proyectos que intentan mejorar la vida de las personas. Pero una vez más, aislados y sin comunicación entre si.

Hay una naturaleza de esta ciudad que hace que todo sea disgregado, que todo se pierda en el día a día. Las causas de lucha son efímeras y es mejor no hablar de ciertos temas. Nos cuesta pensar el futuro, la política es el chimento actual en vez de una planificación a distancia.

Creo que es momento de buscar un espacio para los que quieren aportar, desde todos los ámbitos. A pensar esta ciudad.
Mi proyecto 10.000 ideas es la punta del iceberg que me gustaría que salga a flote pronto y deje en la superficie una nueva forma de vivir Buenos Aires.

El urbanismo es una ciencia tan general, tan expansiva y que se ha perdido de vista por culpa del dogmatismo de un par de profesionales. Es hora de que la planificación urbana sea abierta y participativa.

Como dice el grupo Pulska Grupa: «Imaginamos una ciudad como un espacio colectivo que pertenece a todos los que viven en ella, que tienen el derecho a buscar las condiciones para su satisfacción económica, política, social y ecológica al mismo tiempo que asumen pertenencia solidaria. Este concepto de ciudad es bloqueado por el capitalismo dialéctico basado en la diferencia entre lo público y los bienes privados. Desde estos dos polis, el estado y el mercado emergen como solamente dos sujetos. Queremos escapar a esta dialéctica, no enfocandonos en el eventual «tercer sujeto», pero como un grupo con subjetividades colectivas y los bienes comunes que ellos producen».

Está claro que las personas comunes no tienen los conocimientos para construir edificaciones, mucho menos ciudades enteras, pero es necesario el trabajo en conjunto con profesionales. Los proyectos pensados estrictamente en papel tienden a ser obsoletos con los años. Encambio hay que pensar en una arquitectura mas adaptativa.

Tomo por ejemplo el nuevo Distrito Cívico que, a través de un concurso de la SCA, el GCBA licita la construcción de un nuevo epicentro político. Y que con argumentos tales como «la similitud al escudo logo de la ciudad» para la excusa del diseño del edificio, dejan afuera el pensamiento de los ciudadanos. Incluso osaron en nombrar como «Plaza Cívica de la Convivencia» un sector abierto debajo de un gran balcón para dictar al pueblo.
¿Pero acaso consultaron a los habitantes del barrio, a los verdaderos ciudadanos, como quieren que sea su centro cívico?¿Hubo participación de las personas comunes? Si esto no fué así, entonces tendrá poco de «plaza cívica». Un proyecto que nace con el pié izquierdo para las nuevas generaciones.

El manifiesto P2P URBANISM encuentra 4 puntos problemáticos dentro de las implementaciones actuales del urbanismo:
1. El pensamiento de planificación central solo ve una gran imagen superficial sobre los problemas y olvida los detalles locales que son significantes para las personas.
2. El desarrollo a gran escala y centrado en el dinero ocurre cuando se compran grandes terrenos para construir grandes edificios. Esto es un gran error ya que no está centrado en el humano.
3- Los proyectos a pequeña escala han sido desechados. Los desarrolladores dueños de la mayoría de las tierras, hacen imposible para las personas normales comprar pequeños lotes y construir su propio lugar.
4. Muchas personas tienen grandes ideas que pueden no funcionar, pero también muchas personas tienen pequeñas ideas que probablemente funcionen. Teniendo el conocimiento de los proyectos que se llevaron a cabo, sabiendo si fallaron o fueron exitosos, permite sortear los problemas de de malas filosofías o de proyectos orientados a hacer negocios.

En este último punto es donde 10.000 ideas tendrá más énfasis, ya que se plantea una plataforma colaborativa de ideas que funciona como un repositorio.

En resumen, un urbanismo open-source sería la forma de adaptar y modificar teorías, investigaciones y prácticas mejorando las experiencias y dando base para resolver los problemas específicos de la sociedad. Es la forma en que la innovación da frutos, y es el espacio público, libre y abierto donde esto se hace posible.
Tal como comenta el especialista en proComún David Boiller, una ciudad debe tener ciertos valores para mejorar la vida de las personas:
– Las ciudades deben ser a escala humana, amigable con los peatones, social, vivible y divertida.
– La planificación y el diseño de las ciudades debe ser abierto y participativo.
– La construcción de nuestro paisaje debe ser adaptable a las cambiantes circunstancias, a lo largo de lineas de open-source software.
¿Por qué las futuras generaciones deben llevar el peso de los costosos errores de una planificación centralizada de los idiotas de hoy?

Imagen vía Rafael Strella

La falta del Pro-común en los proyectos de crowdfunding Latinoamericanos

crowdLos sitios de crowdfunding, o financiación colectiva, son ahora una moda. Ya se instalaron, están creciendo y son una herramienta más para aquel que quiera buscar una forma de conseguir recursos para su idea.
En Latinoamérica hay 2 grandes proyectos que ya conocemos. Catarse en Brasil e Ideame en el resto de latinoamérica.
Estos proyectos nacieron con inversiones que permitieron desarrollarse rápidamente y ya hay muchos proyectos andando en sus plataformas.

Como primera base es muy bueno encontrar que existe una posibilidad de hacer realidad muchas ideas que necesitan un pequeño aporte para empezar. Y así se instaló la cultura de «colaborar» entre todos para un fin. Es buena esta cultura, es un principio prometedor.

Aún así, faltaba algo. Hace tiempo que estoy tratando de descubrir qué es y creo que di en el clavo.
Cuando estaba en España en el 2010, todos hablaban del Pro-común. Una forma de pensar que me pareció demasiado utópica en ese entonces, y que solo pasaron 2 años para que me diera cuenta de que realmente es necesario hoy y ahora. Sencillamente porque va a ser el futuro.
Medialab Prado lo define de esta manera:

EL PROCOMÚN es la nueva manera de expresar una idea muy antigua: que algunos bienes pertenecen a todos, y que forman una constelación de recursos que debe ser activamente protegida y gestionada por el bien común. El procomún lo forman las cosas que heredamos y creamosconjuntamente y que esperamos legar a las generaciones futuras.

Los proyectos de financiación colectiva son muy buenos, pero van en una sola dirección. El proyecto que se financia es uno, todos aportan y reciben algo a cambio, pero rara vez hay una participación colectiva. Son pocas las veces que ese proyecto devuelve algo a la sociedad y deja un espacio abierto para que otros construyan.
En resumen, sigue siendo un modelo individualista. Sigue siendo una forma de distribuir un objeto (sea servicio, producto, o entretenimiento) de forma unidireccional. La diferencia es que las personas «aportan» a ese proyecto algo económico. Por lo tanto, no hay un intercambio cultural ni un aprendizaje.

En ese sentido, creo que un MediaLab genera esa irrupción cultural necesaria. Si bien puede utilizar políticas de financiamiento como crowdfunding, tiene otro principio. En palabras del MediaLab de Bogotá:

Un medialab es un punto de encuentro donde personas de diversas formaciones se reunen a compartir, construir, cuestionar, soñar y crear juntas. Los medialabs son núcleos de transformación y redifinición de fronteras, de construcción de nuevos paradigmas y de rompimiento de viejas tradiciones. En los medialabs la sociedad puede enterarse de los últimos desarrollos y preocupaciones científicas, y los científicos e ingenieros pueden conocer las necesidades y preocupaciones de la sociedad en la cual se encuentran.

Los MediaLab no tienen que ser necesariamente físicos. Los espacios pueden ser virtuales, lo importante es la finalidad. Por ejemplo existe el programa Goteo que funciona de una forma que fusiona la financiación colectiva con la colaboración.

goteo descripción

Este tipo de iniciativas son las que vendrán este año, y responden a una evolución social que comenzó con los sitios de crowdfunding pero que evolucionan a una mentalidad Pro-común, fuera de todo individualismo. Y en conjunto con este cambio de la forma de pensar, están los cambios urbanos, las políticas de espacios públicos y la colaboración para que las personas finalmente creen sus espacios de convivencia.

En ello estoy trabajando con mi proyecto 10.000 ideas, que busca mejorar las ciudades con las ideas y las voluntades de todas las personas. Del cual se van a enterar pronto 😉

Imagen: tomada de OpenReflections