Proyecto Hacer Historia: Extender

iaijutsuComo vengo haciendo en anteriores seminarios, siempre me quedan temas para reflexionar en relación a las nuevas distinciones que vamos viendo en Hacer Historia.
En este caso, me voy un poco de la temática principal, que fué la generación de confianza y quiero abordar una hipótesis que vengo desarrollando en mi cabeza hace un tiempo, algo así como la creación a partir de uno mismo.
En repetidas veces, Juan Carlos Lucas, nuestro speaker, mencionó la relación entre la innovación y las artes. Tanto las artes propiamente dichas, como también las artes marciales.
En ambos casos, y sin intentar definir qué es el «arte», puedo decir que en esta disciplina se caracteriza la capacidad de trasladar algunas ideas, conceptos, nociones, creencias o hábitos personales y culturales, a una obra (material o animada).
En este sentido el diseño y las artes marciales, tienen mucho que ver. Aunque un arte marcial no es innovadora, ya que se centra en la repetición de fórmulas físicas para el entrenamiento personal, tiene una característica escencial que es la concentración, el escucharse a uno mismo y a su entorno.

Cuando yo practicaba Iaijutsu, también conocido como Iaido, nuestro sensei nos decía que debíamos sentir nuestra energía en el centro del hara(vientre) y desde ahí proyectarnos hacia donde queríamos ir.
A su vez, debíamos pensar en nuestro sable como una extensión corporal. Esto es, mecánicamente, nuestros brazos se mueven naturalmente de cierta manera, en torno a nuestras articulaciones. El sable debe moverse a causa de nuestro impulso que nace en el hara y no con la fuerza de nuestros biceps. No es una cuestión de fuerzas sino de dinamismo.
Al mismo tiempo, la fluides con que debemos movernos no es inerte, sino que es algo totalmente controlado, conciente y sensible a las reacciones de nuestro entorno.
Para lograr esto, debemos dejar de sentir que tenemos un objeto en nuestras manos, sino que debemos apropiarnos y hacer del objeto nuestra extensión. De igual ejemplo, un pintor siente con su pincel los trazos que hace sin dejar nada al azar. Y no tiene que ver con algo matemático sino con algo sensible.

De la misma manera, creo que se como debe configurar un emprendimiento.
Como vimos en Hacer Historia, en primer lugar debemos tomar conciencia y sensibilizarnos a las preocupaciones. Tomar la responsabilidad de hacernos cargo y actuar poniendo en juego nuestra propia identidad.
Pero este poner en juego no es algo que debemos pensar y dejarle el trabajo a la razón, sino que debemos comprometernos a tal punto en que el éxito sea marcado por nuestro aprendizaje personal, y no tanto por el éxito económico.
Para convertir la experiencia de emprender en aprendizaje, debemos saber que la concentración en nuestro objetivo debe ser activa y constante para poder ser sensible a los cambios y a los problemas con que nos enfrentemos. Esto nos permitirá poder tomar decisiones en el curso e ir aprendiendo de las situaciones.

Otro de los factores artísticos en la actividad de emprender que deberíamos poner al principio de nuestra lista, es la expresión de nuestra individualidad, de nuestra forma de ver.
Como vimos en el último fin de semana, generar conversaciones confiables tiene mucho que ver con los juicios de valor y la capacidad de discutir. Donde un lider, debe tomar decisiones en base a su juicio, pero primero debe abrirse a escuchar otros puntos de vista.
Aún así, la convicción en uno mismo es sumamente importante. Yo considero que es ahí donde radica la diferencia con cualquier otro emprendimiento. Al ser únicos, los seres humanos dejamos una huella personal en todo lo que hacemos. Tenemos un estilo para hacer determinadas acciones y potenciando nuestro estilo es como mejor vamos a trasladarlo a nuestro emprendimiento. Y eso es algo que se siente y convence.
Podría pensar que tiene que ver con la honestidad, con que todo lo que hacemos, tarde o temprano se deja ver y que cuanto más transparentes seamos, más conmovedores podemos ser.

Recientemente me vi obligado a resolver algunos proyectos de diseño los cuales tenían mucha carga conceptual y requerían de mí, ciertas capacidades en ciertos campos en donde tengo poca experiencia. Esto era un gran reto para mí, por que debía resolverlo rápidamente y debía ser legítimo, crear un trabajo original.
Viendo que el hecho de realizar algo de buena calidad no debía depender de cuestiones técnicas, por que no tengo las herramientas y experiencias necesarias, entonces opté por desarrollar un trabajo conceptual y transgredir los recursos gráficos y los modelos esperados.
Sorprendentemente el trabajo agradó, y no se debe por haber hecho algo muy refinado, sino una propuesta original con mi estilo y con todo el espíritu que impregné en el trabajo al hacerlo con gusto y con mucha experimentación.

Con este ejemplo, quiero decirles que no siempre es necesario responder con esperado, con lo que todos hacen, sino darle una vuelta y generar una propuesta diferente. Y esto tiene que ver con innovar, con depositar un valor en el emprendimiento que no es el valor al que estamos acostumbrados, sino lo que sale de nuestro interior. Una extensión, una manifestación.

Sé que no todo es arte y el mundo de la innovación en los negocios tiene muchas cosas en juego. Pero quiero invitarlos a tomar estas reflexiones para poder aplicarlas en algunos momentos importantes del proceso de emprender. Como siempre, esta es una forma más de afrontar nuevos desafíos. Una forma que en el último tiempo me está funcionando.

Si tienen un tiempo, los invito a escribir sos propias experiencias, si alguna vez les pasó o intentaron resolver problemáticas de esta manera.