El miércoles realizamos una media jornada en la Universidad Mayor, en Santiago de Chile. Fué coordinada en conjunto entre Chiripa, Ciudad Emergente, Urbz y los docentes de Urbanismo de la universidad, dentro del marco de las LightingTalks de CityCamp.
Decidí escribir una nota al respecto porque me pareció realmente valiosa la conversación que se dió entre los alumnos, los docentes y el resto de los asistentes. Primero hicimos una presentación de ambos proyectos de laboratorio y luego una de CityCampSCL que llevaremos a cabo el próximo 12 de enero en Santiago. Finalmente realizamos una actividad participativa en solo 30 minutos donde salieron 4 interesantes proyectos de intervención urbana.
En el medio de las charlas salieron algunas preguntas y otros temas a debatir.
Mucho se habló de la comparación entre las formas jurisdiccionales que hay entre Santiago y Buenos Aires. Es un tema que suele surgir porque es muy diferente y es definitivo a la hora de pensar como se proyecta una transformación en cualquier ámbito de la ciudad.
De esto se desprende la importancia de la política. Por muchos años los técnicos, ya sean urbanistas o de otra especialidad, negaron el aprendizaje de la política como medio. Y es crucial que seamos conscientes de que si se quieren realizar transformaciones hay que entender como funcionan las burocracias estatales para poder llevarlas a cabo.
En ese sentido, se planteó la necesidad de incorporar a los programas educativos la Educación Cívica, ya desde las escuelas medias hasta las universidades. Es increíble que en muchos programas han desaparecido tan solo porque se ha tergiversado su contenido. La educación cívica es importante para que aprendamos a ser ciudadanos, y no tiene objetivo aprenderse de memoria la Constitución Nacional, sino que su objetivo es formar personas interesadas en mejorar la ciudad. Y ese objetivo se puede alcanzar de muchas maneras.
Por eso es que otro planteo surgió a la hora de hablar de transformaciones en la ciudad es que cuando intentamos conscientizar a los ciudadanos, como podemos «enseñarles» lo que «está bien» ? Y aquí notamos 2 errores. El primero es que no hay algo que esté bien y algo que esté mal. Se trata de cuidar lo propio, de tolerar y construir «lo común». Por otro lado, la idea de que «nosotros enseñamos» es inválida, porque somos tan ciudadanos como el otro. Simplemente somos facilitadores que abrimos nuevas puertas y ventanas a otras opciones.
Se supone, que un ciudadano consciente de su deber como ciudadano ( y aquí yace la importancia de la educación cívica ) y siendo libre de elegir lo que más beneficio le trae, sabrá comportarse y elegir para vivir mejor.
Hemos mostrado que el placemaking, el microurbanismo y el pop-up culture están alimentando esta bola de participación y mejora ciudadana entre los vecinos. Los asistentes se vieron muy motivados y eso trajo buenos frutos en el trabajo posterior.
Respecto al evento, que lo desarrollamos en apenas 3 días, creo que la dinámica fué excelente. Pequeñas presentaciones con mucha conversación en el medio, acercarse a la gente, ideas interesantes y un cierre donde todos pudieron poner de sí algo de su reflexión y sinergía para sacar, en solo 30 minutos, una idea fuerza y un proyecto interesante.
Además, los valores inyectados en la pequeña jornada que realizamos, son mucho más consistentes que talvez un mes entero de clases.
Jornadas sobre ciudades inteligentes y participación ciudadana from Manuel Portela on Vimeo.