Con las dos noches de Navidad y de la Epifanía, con el Niño y con Los Reyes Magos, se hallan relacionadas toda una serie de tradiciones folklóricas, dicho complejo festivo, que se apoya a un tiempo en el nacimiento del Dios-Hombre en el solsticio invernal (debe recordarse que todas estas tradiciones son originarias del hemisferio norte) y el comienzo del nuevo año con arreglo al calendario Juliano- Gregoriano.
Y a la cabeza de las demás tradiciones convendría hablar en primera instancia del ARBOL DE NAVIDAD, dicho árbol en los últimos decenios se ha «laicizado» pasando a formar parte del conjunto de usos navideños, ligados al consumismo y como imitación del AMERICAN WAY OF LIFE. Sus origenes son germánicos y tiene un significado DE RETORNO, está vinculado a la imagen de seguridad y opulencia de América vista a través de los ojos de los inmigrantes o a través de filmes ligeros, que USA vertió en kilómetros de celuloide sobre EUROPA, durante la post-guerra, junto con los paquetes-donativo del Plan Marshall (algo semejante a las cajas de PAN que hace unos años se repartieron en la Argentina; PAN: Plan de Asistencia Nacional). Incluso en la Plaza Roja de Moscú, durante el periodo Soviético, se adornaba con inocuos arboles de Navidad y nadie pensaba entonces que ello podría constituir propaganda «reaccionaria» del nacimiento del Sol-Niño, en la fría noche solsticial. Obviamente ahora con el capitalismo- consumismo se ha acentuado en la plaza que se sigue llamando igual (KRASNAIA significa Rojo o Hermoso).
En el plano histórico, no se remonta a demasiado tiempo atrás, aunque la leyenda alemana quiera relacionarlo con Martín Lutero, quien regresando a Wittenberg, una silenciosa y fría noche de vigilia, quiso recrear, adornando con pequeñas velas un abeto domestico, la impresión fabulosa que tuvo al observar los arboles helados del bosque que resplandecían bajo la luz de las estrellas… quizá haya sido un intento de la iglesia alemana reformada por conservar una costumbre pagana, viva en el pueblo, atribuyendole un carácter cristiano.
La costumbre se arraigo en Alemania y los paises escandinavos en los siglos XVI y XVII, de allí paso a Inglaterra: primero fueron los soberanos de la casa de Hannóver, Jorge III (y sobre todo su esposa Carlota), y más tarde el Principe Consorte Alberto de Sajonia-Coburgo, celebre marido de la reina Victoria. Cabe pensar que el abeto decorado en los hogares, podría considerarse, en cierto sentido, como una prueba de fidelidad monárquica.
En USA es mas antiguo, data de la época de la Guerra de la Independencia y se relaciona con los mercenarios asiáticos que militaban en las filas de los ingleses, pero el dato mas preciso lo tenemos con la existencia de la costumbre entre los colonos alemanes de Pensilvania. En general, con respecto al Arbol de Navidad se evoca un indiferenciado trasfondo dentrolatico europeo y en ello se pone de manifiesto que otras especies vegetales comparten el honor de ser consideradas de buen augurio: el abeto (siempre verde) es símbolo de inmortalidad, pero junto con este, se sigue usando el MUERDAGO, la antigua planta de los druidas y de la tradición nórdica y en las zonas rurales italianas se quema el «RAIGON» un tronco grueso, relacionado con la idea de consumirse el sol solsticial, pero cuya ceniza, conservada, se le atribuye virtudes arcanas (considerese que las cenizas son «fertilizantes») En Inglaterra abeto, muérdago, madreselva, o en su sustitución el laurel o el enebro.
Todo apunta a la sacralización de la vegetación por lo que debemos relacionar el Arbol de Navidad con los cultos paganos de adoración Arboreo-Vegetal y se presenta también sobre todo en Europa en otras épocas del año como por ejemplo al comienzo de la primavera, en Mayo, ha sido por otra parte la respuesta cristiano-tradicionalista a los ritos Jacobinos del Arbol de la Libertad, a su vez implantados a imitación del folklórico Arbol de Mayo.
Se puede plantear la pregunta hasta que punto el árbol del solsticio sea un símbolo puramente vegetal o también COSMICO: EL ARBOL DEL MUNDO, sobre todo en la forma que viene representado en el FRESNO YGGDRASIL, senda y escalera entre las tres regiones cósmicas del cielo, la tierra y la ultratumba, el fresno del cual estuvo suspendido ODIN durante sus nueve días iniciaticos y a través de su muerte y resurrección consiguió alcanzar la sabiduría contenida en la RUNAS mágicas.
En cuestión de arquetipos, nadie podría decirnos que sea casual, que un símbolo como el árbol se haya impuesto tan profundamente en el seno del cristianismo. En el GENESIS (BERESHIT) se menciona el ARBOL DE LA SABIDURIA situado en el centro de Edén, símbolo central del pacto entre Dios y el hombre; El Arbol de Acvattaha (c con cedilla) de los Hindues; el árbol paradisiaco HAOMA de los Persas; El árbol de las manzanas áureas de Jardín de la Hespérides; El árbol del Vellocino de Oro de Jason; en el Nuevo Testamento se da un correlativo del árbol del Edén y es el Arbol de la Cruz, según la medieval Legenda Crucis, esta habría sido hecha con la madera del primero. Desde un plano propiamente mitologico-religioso no puede decirse que sea un azar que un árbol sea el protagonista de la fiesta de Navidad.
En la Tradición de la Kabalá (esto es una redundancia necesaria, Kabalá en hebreo significa tradición) en el Arbol de los Shefirot residen los valores de la sabiduría y el poder (Tanto en la tradición Védica el árbol de Açvatta el árbol esta invertido, como en el del Purgatorio de Dante, lo que simboliza que en el Cielo esta su alimento)
Con la colaboración del Dr. Joaquin A. Barrio, del Centro de Informaciones Documentarias de la Fundación Médica de Bahía Blanca. E-MAIL: rbambb@criba.edu.ar
Fuente:
Diccionario de Mitos y Leyendas – Equipo NAyA
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