Hace días que vengo pensando en la temporalidad del mundo, y sin querer lo he frenado, por lo menos para mí.
Con la excusa de las fiestas me he tomado el tiempo necesario para encerrarme y con largas lecturas, frenar el ritmo de vida. Ahora veo que no es más que otro verano, en donde mi cabeza funciona 300 veces más rápido y que cuestiono todo lo que veo, me inspiro de cada cosa que toco y me la guardo, para usar durante el resto del año.
Tenemos un emprendimiento en el que trabajar, y hoy es el último día antes de empezar. Por eso espero terminar mi proceso evolutivo de pensamientos aleatorios y con sentido espiritual, para mañana tomar el valor y sacrificar mis horas para esta nueva idea.
Pero todo esto no es en vano ya que intentaré impregnar el nuevo Objeto con los valores aprendidos, para que todos puedan hacer uso de ellos.
Por todo esto y muchas cosas más es que mi blog estos últimos días ha tenido algunas entradas medio raras y reflexivas.
De ahora en adelante, bienvenido Mushi a nuestras vidas. Ya se van a enterar…