Ratones y gatos. no perros. Es lo que tengo a mi alcance visual. Es verano y el calor azota a toda criatura viviente que experimenta las altas temperaturas como un sufrimiento.
El gato pasa 23 horas diarias despatarrado sobre la superficie más fría que encuentra, aunque pasen estruendos festivos, apenas le importa. Los ratones, dejaron de correr, de querer salir de su pecera.
A veces pienso que los animales están para algo más que ser mascotas. Pienso que las realidades que viven son transmitidas a sus dueños y estos se nutren de experiencias inconscientes, y tarde o temprano se traumatizan en algo más. Pasan a ser sentimientos en potencia, adoptan costumbres y gestos de sus mascotas.
Por supuesto que una realidad alternativa para estos tres que me acompañan sería una mentira, porque es lo que son y no pueden ser otra cosa. Si los largo ahora no existen más, no tiene sentido. Ellos viven lo que tienen y tratan de cumplir su función de vivir.
Retomando mi anterior intención, es inevitable que el dueño se convierta a costumbres con sus mascotas, de hecho pasa con cualquier ser vivo con el que se convive, incluso con las plantas, aunque sea difícil de aceptar. Entonces las personas que conviven con muchos animales, terminan mimetizandose hasta perder su razón de vida, y no es casualidad. Creo que la energía que el ser humano da, es limitada a un número cualquiera. Si se excede se agota, como es de suponerse.
Ahora las personas que no conviven con otros seres vivos tienen problemas, ya que esta energía debe circular, se debe aprender y olvidar, y no es posible estancarla. Por eso las personas debemos estar abiertas a cambiar y perder, aprender y destruir.
Por eso las mascotas son importantes, tienen algo para mostrarnos y para esto son fáciles, son más abiertas y disponibles a hacer un intercambio cultural. Porque un ser vivo tiene cultura, tiene formas de expresión, maneras de sentir.
Así como una persona elige en cierta medida con quien socializar, también elige a los animales que desea entablar una relación. Es importante que sepa que ser vivo es más importante, con cual permitiría un intercambio más fluido y abierto.