Genius loci y las contingencias del éxito

Definir el éxito es muy difícil. Pero podríamos estar de acuerdo que mi condición de vida de mi último año y medio podría ser considerada algo exitoso desde el punto de vista de mi círculo social.

Venir a Europa a hacer un PhD con una de las mejores becas del continente no es poco. Es algo a lo que pocos aspiran, no solo por las grandes exigencias y pocas chances existentes, pero aún más por lo que uno debe dejar atrás (familia, amigos, carrera, contactos, comidas, etc).

En este tiempo, en Europa, Lucía y yo hemos vivido ya en varias ciudades, desde pequeñas hasta grandes capitales. Hemos viajado a una veintena de lugares. También esto puede ser considerado un éxito. Mientras que en términos académicos, estoy en contacto con personas reconocidas en mi campo, he viajado a seminarios y conferencias.

Aún así, ha habido contingencias que nos han hecho fuerte pero que hemos tenido que atravesar. En este artículo me gustaría hacer un repaso de estas, resaltando que me ha sorprendido lo poco que hemos podido prever, ya que parecieran cuestiones menores. Sin embargo, solo gracias a la capacidad de movernos y a lo que nos une, es posible. En otras palabras, no lo intenten en sus casas 😉

Quiero empezar por las contingencias académicas, de las cuales, si bien aún estoy en el curso de completar mi carrera, he sufrido algunas de estas situaciones (no son nada nuevas, uno puede encontrar cientos de blogs que dan cuenta de esto en cualquier doctorado):

  • Lo que más me afecto es estar en un departamento que trabaja en otro campo diferente al mío. Esto me ha dado la libertad de pensar mi propio camino, pero me resulta muy difícil trabajar en conjunto y obtener críticas sobre lo que hago.
  • El trato en toda la “economía académica” (así llamo a la parafernalia bajo la que funciona la maquina de la investigación), es en su espíritu capitalista, sin ningún tipo de remordimiento. El sistema es violento, con reglas confusas y, si bien todos se muestran abiertos, muy pocos sacrifican lo suyo para ayudar a los otros.
  • Esto me lleva a considerar que, trabajar en conjunto, y multidisciplinariamente es muy difícil. Muy pocos se permiten, dejar su ego y el foco de su trabajo para ceder ante el trabajo en conjunto. Lo hemos debatido en uno de los seminarios, y lo más difícil es que entre los campos de investigación acepten que otro puede tener otra forma de vista. Aquellos que estamos en el límite entre un tipo de conocimiento y otro lo sufrimos bastante.
  • La conexión de la academia con el resto de las esferas públicas es escasa. Cuando uno trata de alinear su trabajo para tener un impacto, es muy difícil si no hay una alianza previa.
  • Por último, las conexiones personales son todo. Prácticamente la mayoría de los recursos que me sirven para seguir en pie fueron provistos por mis redes previas. Y supongo, también determinarán mi futuro.

En términos generales, el balance de la vida es muy importante. Se debe tener un balance único, entre sanidad mental, foco mental, hacer ejercicio, divertirse, viajar, y hacer un doctorado. Si no se mantiene el balance, es posible que no sea sostenible. Por lo tanto la disciplina es vital.

Pero si hay algo que nos afectó mucho es la pertenencia. Europa, en general, es mucho más hostil que Latinoamérica. Si bien hemos hecho muchas relaciones, la sensación es que, incluso en los países más latinos, las personas son más reservadas. Pocas veces alguien te va a hablar de sus problemas familiares, o te van a invitar a tomar un vino a su casa. La vida europea pasa en la calle y en los lugares públicos, y mejor que quede allí.

Más allá de lo anecdótico, la sensación general ha culminado en momentos de angustia y confusión. Tal es así que en los mejores casos, nuestras relaciones más cercanas son con otros inmigrantes (ya sea latinoamericanos o de otras ciudades de Europa).

Según Norberg-Schulz (1980), existe algo a lo que se llama genius loci, algo así como el espíritu de lugar. Para que una persona habite un lugar (en términos sociales en general), debe cumplir dos principios psicológicos, la orientación y la identidad. 

El primero es más sencillo. Cuando llegamos a una ciudad nueva, mi tendencia es recorrerla, perderme, buscar formas de entender el paisaje urbano lo más rápido posible. En una semana o dos, ya conozco el barrio, y los lugares más importantes.

El Segundo es más difícil. Ya que la identidad es un tema más difícil siendo un inmigrante. Primero que hay una tendencia a la exclusión, aún teniendo un permiso de residencia y hablar el mismo idioma. Los choques en la interacción del día a día te apartan de la masa. Si hablas otro idioma, automáticamente pasas a ser una persona que no vive en el lugar, es decir, caer dentro de los estereotipos menos valorados.

A pesar de ello, la identidad no solo la genera el otro, también es algo nuestro. Vivir en una ciudad fea arquitectónicamente lo hace difícil, si vives en una bonita ciudad es más ameno. Aún así, ciudades muy turísticas, o vivir cerca del centro provoca esa confusión constante en la que uno no sabe a que grupo pertenece.

Otro punto de definición de la identidad es el grupo de pertenencia. El beneficio de formar parte de un grupo de investigación es que entre nosotros nos hemos hecho un soporte tanto funcional como emocional. Pero al mismo tiempo nos ha excluido. Nos excluye ya que los esfuerzos para conocer gente local son menores ya que tenemos un grupo de pertenencia. Aún así, hemos hecho muchos intentos para relacionarnos con personas locales. Poco éxito.

Estas contingencias locales hacen que decidamos movernos por el continente y plantearnos donde viviremos luego, ya que para nosotros ha sido importante este último punto. En la forma en que concebimos nuestra vida social y profesional, la amistad no solo lleva a compartir los buenos momentos, sino relaciones laborales, proyectos en común, y la construcción de comunidad. 

Esto es vital para poder realizarnos como ciudadanos, generar una devolución de este conocimiento que estamos adquiriendo, y a su vez mejorar el espacio que habitamos.

Mi nueva hipótesis es que los movimientos nos han hecho saltar de un lugar a otro sin terminar de construir relaciones. Ya que, teniendo en cuenta las que hemos tenido antes de nuestra llegada a Europa se han forjado durante varios años.

Una variable que se pone en juego con esta hipótesis, es el tiempo, y que es importante para cualquier relación social. La permanencia da estabilidad. Aún así, nuestro “nomadismo” nos ha enseñado muchas cosas que no quisiéramos perder.

De alguna manera, llegamos hasta aquí perteneciendo a muchos lugares, teniendo amigos en todo el mundo, pero incómodos en nuestra propia casa (en sentido metafórico).

Mientras tanto, los invito a conocer los videos que hicimos mientras viajamos sobre el transporte público. Una forma diferente de conocer las ciudades y aportar un granito a los viajeros.


Norberg-Schulz, C. (1980). Genius Loci: Towards a phenomenology of architecture. Genius Loci: Towards a Phenomenology of Architecture. https://doi.org/10.1038/35051162

Nuevos rumbos

Me aguanté mucho tiempo de escribir sobre mi futuro. Pero recién hoy tuve la confirmación. Fue un gran proceso de preparación, de trabajo, tanto en lo interno como en el hacer.
Recibí mucho apoyo, de gente que me cree capaz y gente que me quiere. Y eso, hace tiempo no lo sentía. Talvez porque soy introvertido y no me gusta contar algunas cosas por adelantado.
A veces cuando uno se esfuerza mucho pierde la visión y se siente ofuscado. Pero yo estaba muy convencido y la búsqueda dio resultados.

En febrero cursé mis últimos seminarios de la Maestría, e inmediatamente me puse a preparar el examen de ingles IELTS. Lo sufrí bastante, los idiomas me gustan pero la gramática me cuesta horrores.
Por esos meses empecé a buscar becas y puestos para aplicar. Apliqué a dos becas de doctorado y a tres posiciones, en diferentes países.
Mudarse no es facil, y aplicar tampoco. Entre la falta de correlatividad, el idioma y la dependencia de la videoconferencia, hace que todo sea muy poco controlable. Y por lo tanto las oportunidades bajen. Escribí muchas cartas y propuestas de investigación. Aprendí mucho, pero me sorprendí de mi mismo cuando vi la versatilidad que tenía. Al mismo tiempo me daba mucha inseguridad no ser Urbanista, Ingeniero, etc.

Los diseñadores a veces somos menospreciados. Y el contexto de aplicación es poco claro. Pero a medida que iban pasando las instancias iba entendiendo cual era mi lugar.

Un día me confirmaron que había sido pre-seleccionado para ir a exponer mi propuesta. Una propuesta de investigación que tenía poco claro. Era para estudiar tres años, algo que había pensado en pocos días.
Seguí estudiando. Gracias a Mara y Manu, me sugirieron textos que me ayudaron mucho a orientarme.

En el medio, nos unimos civilmente con Lu, porque si queríamos irnos los cuatro (con Batman y Newton, claro) teníamos que dar un pasito más. En tres días hicimos el trámite, firmamos, hicimos una pequeña reunión a la noche. Tenía que seguir con mi presentación, no había tiempo para grandes festejos.

Hace dos semanas, estaba a cinco días de viajar, y tenía una presentación descontrolada, no tenía punto. Era un rejunte de teorías, autores, ejemplos e ideas todas desordenadas. Rápidamente tuve que aprender cómo se exponía una propuesta de PhD. Busqué videos y textos.
Aburridos, no me gustaba nada. La gente académica pareciera que se olvida que la estética es parte de la filosofía.

Ahí fué cuando entendí todo. Había algo que podía unirlo todo, generar una presentación coherente, atractiva, con la que me sienta cómodo, con un tema que realmente me apasiona y con un objetivo concreto.

Diseño, era la palabra. El diseño permite contar historias, pero historias que tienen un objetivo concreto. También permite describir, comprender, expresar, transmitir deseos y pensamientos en un solo movimiento.

Así que fui a Lisboa, rodeado de personas de todo el mundo (literalmente, había gente de Colombia, Ecuador, India, Pakistan, Kazajistán, España, Ucrania, Rusia, Irán, y otros que no me acuerdo) que se habían especializado en Ciencias de la Computación, que hablaban de aplicaciones móviles, BigData y SmartCities. Fue una experiencia realmente interesante.

Y yo tenía una presentación, que en su primer slide decía “DATA IS BORING”. Pero que servía para romper el hielo, para decir “pienso diferente” (Hola Steve).

Hoy aterricé en Buenos Aires y recibí la grata noticia de que me habían aceptado. Que en casi 80 días tengo que estar en mi próxima casa, en la costa mediterránea, que durante los próximos 3 años será el eje de mi vida.
Evidentemente, el diseño tiene mucho que aportar a otras disciplinas. Mi investigación va a ser justamente desarrollar al diseño como metodología para la investigación.

Si todo sale bien, como viene siendo hasta ahora (de una forma muy misteriosa, por cierto), saldré en mis 32 años con un título de doctor debajo del brazo, y un acento valenciano.

Aún tengo mucho mucho que hacer. Pero la emoción es grande y eso ayuda a tener buena energía.

Gracias a Boyd Cohen, Pilar Conesa, Guillermo Tella y Cristina Cravino, que me ayudaron con las aplicaciones. Y gracias a Mara Balestrini y Manu Fernandez por sus comentarios y aportes. Gracias a Carlos Granell, por el apoyo y por creer en mi. Gracias a Martín Villar por el apoyo y bancarme los días que no estuve en el caos laboral. Y Gracias a Lu, por todo el apoyo.