Intercambiando experiencias

Centro Cívico GCBA Foster

Hace mucho que no escribo y rara vez hablé sobre lo que hago en mi trabajo con el GCBA. Esta semana es especial.
El lunes comenzamos en las nuevas oficinas, ya saben, en el edificio que diseñó Foster. Pasamos de sentirnos en una municipalidad a trabajar en Google… bueno, tanto no. Pero uno se emociona cuando es todo nuevo y moderno.

Por otro lado, hoy terminamos la tercer reunión de trabajo sobre Movilidad Sustentable. En estas reuniones juntamos a equipos técnicos de ciudades a charlar y debatir sobre sus áreas de trabajo.
Movilidad es una de las áreas con las que más estamos trabajando.
Cuando empezamos con el Programa, yo arranqué a mover este tema, empecé a hablar con Rosario y Mar del Plata, y en pocos días acordamos una primer reunión. Viajamos a Mar del Plata y visitamos el trabajo que había hecho la gente de la municipalidad con el estudio Gehl Architects.

Si bien hay otros temas que abordamos en los encuentros que hacemos, las de movilidad tienen un halo especial. Estas reuniones son mi niño mimado. Cada vez encuentro cosas súper interesantes para aprender.
Hoy, por ejemplo, fuimos a La Plata a conocer el trabajo de tránsito y estacionamiento medido. Lo sorprendente es que la tarea depende de un área de modernización, y por ello, es que la colaboración con el centro de monitoreo de seguridad está integrada. Además, implementaron tempranamente el pago de estacionamiento medido por SMS.
Ejemplos son miles, pero es evidente que no hay una forma de hacer las cosas, y que la multidisciplinaridad en las políticas públicas determinan mucho las decisiones y el rumbo en que las cosas se están implementando.

Y algo que me parece destacable y he observado detenidamente, los programas y la idiosincracia de las personas que lo llevan a cabo tienen mucho que ver. Sin caer en una mirada neo-institucionalista, creo que estos encuentros dejan ver que detrás de los cambios hay personas que hacen su trabajo. Profesionales que están convencido que lo que hacen es importante.

Eso me trajo un poco de entusiasmo, algo que últimamente el mundo gubernamental no me estaba dejando.

Hay gente que cree en lo que hace, y es capaz de saltarse todas las barreras políticas, para cruzar un país tan grande como el nuestro para contar todo lo que le salió mal, y para preguntar cómo hizo el otro para resolver algún problema. Esa humildad la he visto en equipos de trabajo todo este año, de casi todas las provincias del país, de las grandes ciudades y de las localidades más chicas.
Son los que, en definitiva, trabajan para el pueblo. Y sobreviven a las gestiones.

Así que hoy, me voy a dormir con algo de tranquilidad, en que nuestro trabajo, de unir fuerzas, está sirviendo para que estas personas entren en contacto y potencien su dedicación. Al mismo tiempo, todos han expresado gratitud al formar estos encuentros. No es lo mismo que un seminario, donde todos hacen un show sobre su trabajo. Acá hablamos todos de igual a igual y mostramos los conflictos que nos encontramos y cómo los resolvemos. Es algo único, y necesario, porque a pesar de la responsabilidad, uno se encuentra bastante solo en el día a día…

Si quieren, pueden ver los informes que hicimos de las primeras reuniones.

Innovación social, politicas de gobierno y comprensión de la cultura local.

Si las politicas innovativas, de cualquier índole, son copiar otras sin intención de adaptarlas y comprender a la situación e idiosincracia de la cultura local, es lo mismo que nada.
Creo que la potencialidad de trabajar sobre la sociedad o la cultura en las ciudades es que cada una es única y heterogenea a la vez. Por lo tanto las politicas, si bien pueden ser inspiradas por los avances de otras ciudades, deben surgir en base a las necesidades y problematicas locales.

Siendo latinoamérica, no puedo dejar de pensar en la voluntad y en la expresividad de nuestro pueblo. Una sociedad que lucha y que defiende lo propio. Y si hablamos de Buenos Aires, nuestra cultura mixta deja a la vista nuestra capacidad de relacionarnos, de valorizar e incluso de ser altamente criticos pero tambien soberbios en muchos aspectos.
Todo esto y más hay que pensar cuan bien podemos hacerle a esta sociedad.

Y dentro de mis reflexiones acerca de las innovaciones tecnológicas que se avecinan, conocidas como «smart cities». Me pregunto qué capacidad receptiva tendremos al respecto, cuando la desigualdad aumenta no solo en grados económicos sino culturales y demográficos.
¿Cómo podemos integrar estos sistemas digitales a la vida de las personas comunes? ¿Acaso el plan de computadoras portatiles que se ejecuta actualmente alcanzará para que los adultos del futuro sean capaces de manejarse en estos sistemas? ¿Y qué pasa con los adultos actuales que aún viven en un mundo analógico?
¿Acaso son los celulares y pseudo smatphones los que están generando mas cultura digital que los planes de educación?

Me parece que en este punto la gran brecha de la participación ciudadana está dejando, año a año más personas afuera de este sistema que de forma falaz llamamos democracia.
En vez de enseñar a utilizar estas herramientas para la producción, e incluso la reflexión, se genera un medio más de entretenimiento que poco tiene que ver con las, tan de moda, «industrias culturales».

¿De qué sirve darle voz a personas que ya tienen acceso? Es casi hipócrita generar más medios de comunicación con la sociedad siendo siempre con el mismo publico, sino enseñar a los pueblos a defender lo suyo, a las clases sociales o sectores o como les guste llamar a todos los habitantes, y no solo ciudadanos, de esta y otras ciudades a poder crear sus propios medios de intercambio de valores, de soluciones a sus problemas y de ideales para el crecimiento.

Dada la naturaleza de las sociedades urbanas, los espacios siempre se crean. Responde a las politicas locales si estos serán espacios integrados o disociados, respetados o marginados; y por lo tanto la relación de estos en tanto una construcción mutua de la sociedad.
De esto se trata la legitimación gubernamental. Pensar que la democracia es solo la elección de los representantes es una simplificación mal formada, las acciones deben ser legitimadas por el pueblo, todo lo que se haga fuera de eso es un potencial autoritarismo. Y para que sea efectivo, existe la metodología del plebiscito que permite en diferentes grados una participación ciudadana.

Entonces, pido consideración a quienes tengan la capacidad de tomar decisiones, que no se limiten solo a decidir, sino evaluar, confrontar y más que nada aprender a observar más allá de su propio entorno para planificar y ejecutar.
Y en tanto todos somos actores dentro de este espacio en común, considero que tambien somos responsables de las innovaciones sociales que podemos llegar a disparar desde nuestro propio interés. Para esto hay que accionar y no dejarse llevar por el espacio de confort que es, sobre todo en nuestra región, una ilusión.

Imagen tomada del NYTimes

Pequeña reflexión sobre el transporte público en la ciudad de Buenos Aires

Un colectivo, no es solo un grupo de gente, sino un grupo de gente arriba de cuatro ruedas y un chofer que lleva a la masa.
Ahora que planteamos el concepto básico del colectivo, preguntamos, que pasa cuando arriba de ese colectivo hay menos gente, no es tan «colectivo». Y no hay tanta gente por que no se pueden subir, básicamente por que no hay monedas.
Ya todos sabemos que hay muchos problemas con las monedas y yo creo que la causa, más allá de toda la «mafia» y todo eso que hablan por ahí es que no pensaron que ese sistema es casi tan deficiente como el sistema del viejo boleto.

Hoy leí en un diario chileno que hay disputas por el aumento de su servicio de transporte. El cual, cabe destacar, que es un servicio unificado de metro y micros, donde hay un boleto único que vale alrededor de AR$ 2,50 y que es válido por los próximos 30 minutos. Es decir que podes hacer combinaciones sin pagar dentro de esa franja horaria. Además este sistema está implementado con una tarjeta similar a la Monedero.

Bueno, la cuestión es que esta gente se queja por algo que en verdad es caro y según leo debería ser más caro por lo que implica el mantenimiento del servicio.
Ahora mi cuestionamiento es el siguiente, acaso en nuestro país no estamos acostumbrados a reclamar el precio de algo a cualquier costo ?

Muchos se quejan del precio, otros de las monedas, otro del quilombo que es la calle.
No digo que hagamos lo mismo que Santiago, por que es otro nivel de ciudad. Pero si digo que el gobierno de la ciudad debería tener control estricto sobre el transporte público, sacandole de las manos al gobierno nacional y a la mafia de la UTA.
Ni hablar del tema monedas, el cual es una idiotez que haya que usar la moneda de curso legal como pasaje en todo el país cuando se debería usar para otro tipo de transacciones. Es claro que no hacen una bien.
Finalmente el tema de los carriles exclusivos y el caos vehicular. Creo que deberían limitar la entrada de automóviles particulares a ciertas zonas. Las calles tienen un ancho máximo y cada vez hay mas gente, y mas autos y la gente cada día vive más lejos y tiene que llegar si o si en auto. Estamos en problemas, por que esa gente no tiene transporte público decente para llegar.
Yo tardo una hora para ir de caballito a Ciudad Universitaria. Una locura, todo por atravezar 4 avenidas, las mas concurridas en la ciudad y por una mala gestión del trasnporte público. Y lo malo de esto es que me quita 2 horas de mi día, y no solo es el tiempo, sino que uno llega realmente agotado, por lo tanto no se puede cumplir la función, menos productividad, más desgano, más enojo, menor calidad de vida, menos plata, menos trabajo, menos transporte público.
Estoy seguro que si estas cosas no pasaran, nadie se quejaría por pagar 10 centavos más, por que todos podríamos hacer un pequeño esfuerzo y con mentalidad creativa conseguir esa plata que se necesita, por que en verdad no es tanto. Pero en la situación en que estamos, es demasiado, ¿las cosas empeoran y nosotros pagamos más?

La solución no la conozco, no es mi área ni mi taréa, pero es claro que esto en cualquier momento explota. con los anuncios de Macri sobre la falta de apoyo del Gobierno Nacional y por lo tanto la falta de presupuesto ( mientras llenan la ciudad de afiches absurdos ) para terminar los trabajos del subte, vamos para atrás. El subte debería ser el principal motor de la ciudad en vez de los colectivos, pero evidentemente nadie se da cuenta…