Vigilancia ¿el fin de la ceguera tecnocrática?

Soy un fanático de las nuevas tecnologías, de hecho, mis últimos años los he pasado desarrollando y difundiendo nuevas formas de incorporar tecnologías a nuestros procesos, pero también en generar conciencia del peligro al que nos vemos expuestos. Pero como novela de ciencia ficción, seguimos creyendo que estaremos más felices, más seguros y más tranquilos gracias a la tecnología.

Todos sabemos que podemos estar siendo espiados, siempre lo supimos. Pero luego de episodios como el de la NSA la teoría se confirma.
Tal como si estuvieramos en una guerra fría 2.0, paises de América del sur se alínean para tener su propia red independiente de estados unidos, y hasta Rusia vuelve a las viejas máquinas de escribir por miedo a las filtraciones.

Talvez las cámaras de vigilancia y los drones sirvan en algunas ocasiones, por ahí sirvan para controlar el tráfico y mejorar la seguridad en los taxis, pero en líneas generales la cosa no funciona y tienen un gran costo.

Por otro lado, desde las organizaciones civiles reclamamos que se implementen políticas de transparencia, y que los datos que manejan las instituciones públicas. Pero parece que no está saliendo muy bien, pues países como Argentina y Uruguay no están implementando las leyes como corresponde, y las empresas que manejan datos públicos a travez de las smartgrids no entregan los datos.
De todas maneras, hay algunos avances interesantes, como el fallo de Canadá donde se dictamina que todos los sistemas de Georeferencia son bienes públicos y por lo tanto sus datos deberían serlo. Pero esos datos públicos, que tanto reclamamos, no privan a las empresas de ser intrusivos en la privacidad de las personas si no se las controla correctamente.

Por otro lado empiezan a salir documentos como los de la NSA y Proyecto X, y que aunque en América Latina se manifiestan contra la vigilancia de Estados Unidos, ellos no dejan de hacer lo mismo.

Siempre al final, hay oidos sordos en algunos funcionarios, ignorancia en los ciudadanos e indiferencia en los equipos técnicos. Pero yo creo que la cosa va a cambiar.

Caminos posibles

Podemos estar frente a un momento mediático de la situación, pero es posible que comience una tendencia de construir protocolos más seguros, una internet sectorizada llena de estos protocolos y el uso de nuevas formas de comunicación entre analógicas y sistemas de encriptación. Probablemente las empresas que desarrollen este tipo de tecnología comiencen a sacar productos para usuarios finales, debemos pensar quienes ofrecen esto (no sorprendería que Cisco y otras formen la primer camada de productos «seguros»).
Algunos aficionados empiezan a desarrollar aplicaciones pensadas en la seguridad, como Hemlis, creada por uno de los fundadores de The Pirate Bay. No hay que olvidarse de los experimentos ya realizados, como el Sentient City Survival Kit de Mark Shepard.
Pensando en el futuro de los objetos conectados (IoT) debemos pensarlo dos veces antes de instalar una cerradura electrónica en nuestra casa. Me parece que a esta altura entendimos que Google Glass no es viable.

Otros incluyen la privacidad como parte de los derechos humanos, aunque muy pocas veces se respete el resto de los derechos, esperar que respeten la privacidad es ya una batalla perdida.

Ahora países americanos se preocupan del espionaje internacional, como Brasil que piensa cambiar las leyes para regular el uso de la tecnología y las bases de datos luego de haber instalado sistemas de vigilancias como el de Rio a traves de IBM, cuando nunca se preocuparon por sus consecuencias. Pero otro destino dramático serían redes locales de internet, como funciona en China donde todo está controlado por el Estado, y donde el espionaje es aún peor porque es utilizado para persecusiones políticas.

Otro camino válido y posible es la desconexión, aquellos que no tienen recursos para construir redes seguras dejan de usar cierta tecnología para comunicarse. Así lo solicitó Evo Morales a sus ministros. Hasta ahora la forma más efectiva de evitar el espionaje.

¿Pero que hacer si nuestro DNI y nuestra foto sale hasta en los padrones electorales? Pues no mucho, porque lo que está en internet ya no se puede borrar, y ya hay miles de millones de personas registradas en diferentes bases de datos, relacionales o no, sirven como formas de suposición. Y ahora van por el voto electrónico…
Porque antes de pensar en la relación directa que se puede encontrar como excusa para acusar a alguien con información privada, debemos pensar en las libres asociaciones, en las desnaturalizaciones y en la estadística, que tan mal le ha hecho a nuestras ciudades al tomar malos criteros en tomar decisiones.

Aquellos que quieran proteger su identidad tendrán que cambiar drásticamente de hábitos, desde usar métodos de alta encriptación a directamente no usar ciertas tecnologías. Incluso hay comunidades mapeando cámaras y sensores para poder evitarlos. Usando VPNs y proxies, aunque cada día es menos posible.

Mi visión es fatalista, no será de extrañar para el que me lee más seguido, ya que creo que en el punto en que estamos, es posible que adoptemos todas las tecnologías, talvez un poco mas conscientes. Pero nunca estaremos al día, sobretodo los que tienen menos información. Y llegará el día en que estemos totalmente vigilados como algunas de las mejores películas de ciencia ficción. Y bien sabemos que ni los crímenes ni las persecuciones se detendrán por eso.
Y tal como nos sucederá con el medio ambiente, tendremos que llegar al límite para aprender que no sirvió para nada, y un puño de tecnología será desconectado a causa de los recursos que consume todo el sistema será tan vasto que no podremos sostenerlo. Talvez suene a ironía, pero es lo más parecido al anuncio 1984 de Apple, de hecho los personajes de Pixar nos cuentan una historia parecida.
En ese momento, talvez, volvamos a una vida normal, en donde confiamos mutuamente. Aunque el problema será que seamos capaces de adaptarnos a las viejas costumbres.

Para terminar, me gustaría que reflexionemos ante las consecuencias de todo lo que nos cruza tecnológicamente en la vida diaria, las infraestructuras que usamos, pensar en cómo las usamos y quienes están a cargo de ellas.
Finalmente, les comparto algunos videos publicados en ViaLibre sobre la última jornada de Vidas Vigiladas.

ACTUALIZACIÓN: Justo después de publicar este artículo me entero de la Matrix que desarrolló Obama para cruzar información internacional y dirigir el ataque de los drones a razón de luchar contra el terrorismo. Poco de qué preocuparse… no?


El problema de la SUBE, SIBIOS y los datos de seguimiento.

Ya hablé mucho sobre la problemática de la privacidad, el dejar que las computadoras lo sepan todo. Los sistemas magnéticos o de radiofrecuencia para los transportes públicos son muy útiles. No puedo negarlo, ayudan a predecir el tráfico y las estructuras necesarias para hacerlo más eficiente.

Pero esto no significa que este sistema tenga necesariamente que estar relacionado con nuestra identidad. Realmente no tiene ninguna relación ni beneficio la idea de que una tarjeta nos identifica. La única explicación posible es relacionar los datos con la persona.

Este pequeño juego se vuelve macabro cuando el Gobierno Nacional ordena por decreto la creación de una base de datos biométricos unificada llamada SIBIOS. Como ya expliqué, estos datos ahora son consultables por muchas agencias y organizaciones gubernamentales para cruzarlas con otro tipo de datos.

Para ser más práctico, SIBIOS obliga ahora que los chicos recién nacidos estén inscriptos en esta base de datos indicando quienes son, donde viven, etc. Pero por ejemplo, estos datos que siempre existieron en el RENAPER (Registro Nacional de las Personas) nada tenía que ver con los pasos fronterizos, ya que esto lo manejaba la Policia Federal. Tanto la Cedula de Indentidad como el Pasaporte, dos documentos que permiten el tránsito de personas, no tenía nada que ver con el derecho civil que es representado por el DNI.
Estos datos, a partir de que le quitaron a la policía el derecho de hacer estos documentos (con la excusa de que era un negocio y que ahora sería más fácil), son cruzados con el derecho civil.

Como si esto no fuera poco, «obligan» a las personas a utilizar un sistema de pago de transporte que está identificado y relacionado con su identidad. Entonces claramente pueden obtener datos en tiempo real acerca de donde están estas personas, por lo menos los que usen transporte público.
Y digo obligan en mayúsculas, porque siempre existe la posibilidad de usar otro medio. Pero ante la amenaza de un aumento (una clásica herramienta de manejo de la información) y la extorsión, típico de este Gobierno terrorista, esa posibilidad se vuelve obsoleta, culturalmente obsoleta.

Supongamos que hasta acá, saben todos tus datos, saben donde estas, saben si salís del país y conocen también tus antecedentes penales. Conozco un montón de gente que solo ve cosas buenas de esto. La realidad es que tienen un control absoluto y uno podría saltearlo todavía.

Pero que pasa si además, aceleran el proceso de la potabilidad numérica con la excusa de que es un avance tecnológico y es por el bien de las personas para que las empresas telefónicas que son malvadas y quieren lo peor de nosotros, logran que se enlace una línea de celular a nuestra identidad. Y lo que es peor, las transacciones bancarias también están totalmente controladas por sistemas gubernamentales y cruzadas con el resto de los datos. Y si escuchan hablar del voto electrónico, tengan un poquito de miedo, porque talvez su próxima elección no les permita sacar un crédito, quien dice.

En resumen, están logrando un sistema perverso de seguimiento a base de falta de libertad y privacidad, la cual es mencionada en el artículo 19 de nuestra Constitución Nacional: Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe.

Por si los confunden «Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios» se refiere a que solo Dios puede saber por donde yo transito, con quien yo hablo, con quien me relaciono o que hago con mi dinero. Pero parece que a nuestra presidenta le gusta jugar a Dios, o mejor dicho, escuchar a Dios. Porque está bien claro que no conoce los alcances de esto, sino que está evidentemente influenciada por el poder Norteamericano. Y no, no soy paranoico, es un análisis totalmente objetivo. Sino vean como está de contenta anunciando todo esto sin tener la mínima idea de lo que significa…

Demás está decir que este tipo de sistemas fué probado en países de primer mundo y fué desarticulado por justamente, ir en contra de la privacidad de las personas. Pero claro, estamos en Sudamérica.
Y quiero aclarar que muy diferente sería si este tipo de sistemas fuera abierto, es decir open-source, por lo tanto anónimo y abierto con APIs para que cualquier pueda mejorarlo. Pero sobretodo anónimo y sin cruzarlo con otro tipo de datos.
Les dejo un documento publicado por el gobierno de Gran Bretaña al respecto de los sistemas biométricos y su «buen» uso. Data del 2003, en el 2008 ya se encontraron con un par de problemitas los cuales en wikipedia se dejan bastante claros.

Infografía que publicó La Nación respecto al estado actual: