en Reflexiones

Viviendo con ansiedad

AnsiedadTengo un gran problema que es la ansiedad. Mejor dicho, tenemos un gran problema. Todos en sociedad, viviendo en ciudades sufrimos de ansiedad.
Para que se den cuenta, la idea de progreso nace en las ciudades europeas y es el motor de nuestra vida, ¿qué es sino la ansiedad por llegar cada día mas allá hasta el infinito?.
Digamos que es la mejor excusa, para estar todo el día pensando en «hay que mejorar», lo que sea, sin saber por qué.
Pero bueno, ya estamos acá, el día que inventemos algo para poder elegir donde y cuando vivir, podremos hacerlo. Por ahora nos contentamos con sobrevivir en los monstruos urbanos.

Mí amigo Ailaviu, dice que mi generación para abajo en general cubre su ansiedad con la computadora. Incluso se anima a afirmar que muchos han sabido reemplazar las drogas y el alcohol por la dependencia tecnológica. Y tiene razón.
Por mi parte, mi ansiedad en general, la transformo en ganas de comer y al ser consciente de mi problema cada tanto puedo controlarlo.
Aun así mi dependencia tecnológica es grande y lo peor es que a diferencia de un drogadicto o de un gordo, está bien vista por la sociedad. A tal punto de que ser un «trabajólico», tener éxito por estar 18 horas sentado frente a la máquina y estar 100% conectados, es el ideal de nuestros días. Mal, muy mal.

Ahora bien, les voy a contar de mi problema y probablemente alguno se sienta identificado.
Se trata de que estoy perdido en un nido de ideas y proyectos.
El primer proyecto en el que no me encuentro se llama «personalidad», en donde se confunde lo que soy, lo que no soy, lo que quiero ser, lo que les que yo sea y lo que quieren que sea.
Fruto de la ansiedad, quiero ser todo junto; o mejor dicho, no diferencio lo importante del resto porque ya perdí la sensibilidad conmigo mismo. Me suele ocurrir que un día comienzo queriendo dedicarle mi vida a algo y al momento de acostarme, quiero lo contrario. Y esto no pasa porque tuve un gran suceso en mi día, sino podías hablé con un amigo, vi una película o simplemente tuve una mínima experiencia de algo que me dio satisfacción real. Cosas simples me hacen cambiar el rumbo.

Y la carga social es lo peor. Estoy tratando de sacarme de la cabeza la idea de que solo tengo que dedicarme a cosas que me den plata. Y por más que intento, siempre relego todo tipo de proyectos que me llenan el corazón y no el bolsillo.
La necesidad social de viajar, de comprar cosas cada día más modernas y de estar en contacto con todo lo nuevo, me lleva en la marea a tal punto de pensar que eso es lo que quiero.

Y realmente no lo se.
Es tan paradójico que es muy difícil si uno no se pone a probar cada una de las cosas para poder decidir. Y aún cuando intento hacerlo, te dicen que no hay tiempo, que la vida se te va, y que el éxito debe ser inmediato.

«¿Despojándome de lo que creo ser, llegaré al punto en que el vacío es plenitud?» (por @brontis_j)

Actualización: Gracias a Dj Campeón que me pasó este link para no hacer nada durante 2 minutos, un gran ejercicio de calma y relajación.

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