Decidí escrbir este artículo porque hay algo que me llamó la atención. Y es que a veces, uno relaciona la cultura europea como algo muy prolijo, estricto y fuera de cualquier cosa, que para nosotros no es normal.
Antes que nada hay que saber que me refiero a España y sus países limítrofes, Francia y Portugal. El caso del norte español y Europa del este es diferente.
Resulta que cuando uno piensa en Europa piensa en la prolijidad, en el cuidado,etc. Es común en ciudades de latinoamérica que se busquen medidas para «mejorar la convivencia» vetando así varias cosas, o bien, se generen movimientos de ciudado.
Yendo a algo más específico, voy a dar casos puntuales de cosas que me parecieron chocantes.
El primero es la comida, en Argentina sobretodo hay una cultura de ciudado de la salud que aquí a la mayoría se le pasa por arríba. Ya conté el tipo de comida, mucha grasa y comidas pesadas. La onda gourmet que podemos apreciar en los restaurantes palermitanos, poco se encuentra acá.
Ciudades con cientos de años, siguen con su cultura, será bueno o malo, no lo se.
Otro ejemplo es el de las bebidas alcoholicas. Es curioso que en Argentina haya muchas leyes respecto a esto, tratando de limitar la venta de las bebidas a razón de que esto incrementa la violencia y otros actos delictivos.
Pues en España específicamente se vende y se toma cerveza hasta en el baño, a cualquier hora. Vi gente tomando cerveza a las 11 de la mañana y todos los bares venden caña y está repleto. En Barcelona hay una cultura de cervezas artesanales, en Madrid es más común una caña tradicional.
De todas maneras, el alcohilismo es todo un tema en el país, pero esto no causa borrachos rompiendo cosas ni por eso hay más inseguridad.
El tercer ejemplo tiene que ver con el respeto y la convivencia. Si bien últimamente la delincuencia y el maltrato de la ciudad está levemente en ascenso, la gente tiene claro que debe cuidar al resto y a su ciudad.
Esto se ve en los parques y calles donde no hay caca de perro y es notable que la gente que tiene perros en general son pequeños, esa brutalidad de perros grandes en departamentos son casos muy aislados.
También lo vemos en el transito, donde los peatones y bicicletas tienen prioridad, de verdad.
O en el medio ambiente, todas las ciudades tienen una promoción al uso de bicicletas o motos, en todo caso, pero cada vez el uso del auto se ve disminuido. A su vez todas tienen un sistema de reciclaje incorporado, incluso en las casas la gente separa la basura.
Ahora bien, hay un tipo de cosas que pasan en la ciudad que tambien son curiosas, que es la piolada, o la viveza, de la cual nos jactamos también los argentinos. Es decir, he visto gente esconderse cosas en el supermercado o mucha gente , sobretodo en francia, colarse en los metros y medios de transporte. El salto de molinete podría convertirse en deporte nacional.
Pero es algo que tampoco se ocupan de controlar. En Madrid me encontré con estaciones desoladas, donde nadie controlaba como la gente pasaba.
Además es algo destacable, que si la gente hace este tipo de cosas, es para ahorrarse unos euros, ya que el transporte es muy caro. Pero en verdad no le hace mal a nadie directamente. No prenden fuego las estaciones ni destrozan vidrieras.
De hecho en el festejo del triunfo mundialista, esperabamos más disturbios. Porque tampoco hay que pensar que son todos santos. Pero solo se han registrado 18 detenciones, y no vi actos de violencia. Con lo cual es meritorio, pese a la competencia que hay entre habitantes de una ciudad a otra.
Ese es mi aprecio que hice en el viaje, por supuesto hay excepciones. Pero lo que quiero dejarles es que a veces uno piensa que tomando medidas más o menos fuertes puede controlar la cultura. Y la razón de todo está justamente en eso, la cultura. Si las personas respetamos lo que tenemos, por más que haya tentaciones no vamos a arruinar al otro. Y la única manera de solucionar las cosas cuando están mal, creo yo, es con la educación y el fomento de una cultura de bienestar y respeto.