Definir el impacto de las iniciativas participativas y los datos abiertos

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En mi investigación para ciudades más abiertas, el tema de los últimos meses son es la medición y los indicadores de impacto. En otras palabras, muy lindo lo de SmartCities, pero ¿cómo sabemos si causa algún efecto?. Esta pregunta va directamente ligada a la anterior ya analizada, ¿Las ciudades realmente quieren cambiar?. Y también podemos pensar en la dificultad de crear impacto cuando lo que se mide, al final de todo, es el valor creado.

Pero los invito a meterse en profundidad en uno de los ejes con los que estamos trabajando actualmente con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aaires y el Dr. Boyd Cohen, de la famosa SmartCityWheel para hacer ciudades realmente inteligentes.
smart city wheel

Lo que nos incumbe en esta ocasión tiene que ver con participación, transparencia y datos abiertos. Temas que se han discutido esta semana en el encuentro ABRELATAM junto a colegas de todo el mundo en la ciudad uruguaya de Montevideo.
Los temas mencionados, son los que conforman el componente Transparency & Open Data, incluido en el eje Smart Gov de la rueda.

En primer término, quiero aclarar que muchos asocian los datos abiertos y la participación con la transparencia y esto no me parece correcto. O por lo menos no directamente. Estos son, algunos componentes de lo que podríamos llamar un Índice de Transparencia. Tampoco es, como se cree, un cierto tipo de información.
Andrew Schnackenberg argumenta que la transparencia debería ser algo natural cuando los actores comparten objetivos, ya que está definida por el nivel de apertura, claridad y celeridad de la información compartida. O en palabras de James R. Hollyery, B. Peter Rosendorff y James Raymond Vreeland, la transparencia se compone de diferentes dimensiones, y funcionan como diferentes mecanismos de los cuales se espera diferente comportamiento en el gobierno.

Por lo tanto, un primer indicio, nos lleva a pensar que si queremos medir el impacto de la participación o de las políticas de datos abiertos, debemos evaluar cómo afectan a la transparencia de un gobierno. Además, debemos descartar de nuestra hipótesis, que un gobierno con políticas que dicen ser «abiertas» o «participativas», no lo es si sus ciudadanos no lo perciben así.

En el encuentro ABRELATAM nos preguntamos ¿Qué es un indicador correcto para medir la participación y las políticas de datos abiertos?

Como ya lo hemos definido con Lucía Paz Errandonea en abril de este año. «No podemos contemplar, en definitiva, sólo la participación realizada mediante el uso de sistemas tecnológicos. Ya que si bien podemos considerarlos parte de la infraestructura urbana, a esta no se la puede escindir de los comportamientos sociales.»

Por lo tanto, durante el evento ABRELATAM definimos que hay 2 tipos de participación, aquella que se involucra y busca la innovación de forma «activa». Y una segunda que nombramos «pasiva» ya que solo se refiere a dar apoyo, compartir o aportar a una causa de forma desinteresada.
La primera es la participación real, o por lo menos aquella que buscamos en una ciudadanía de la SmartSociety, pero resulta muy dificil de medir. La segunda, en cambio, tiende a ser más un indicador de visibilidad que de participación, ya que el indicador por defecto es el volumen de «participación» en una causa.
Encontramos que muchas veces se le asignan atributos a la participación que en su naturaleza no se presentan. Por ejemplo, la junta de firmas virtuales, por medio de plataformas como Change.org o grupos en Facebook. Y en algunos casos, el efecto causado, no es el efecto esperado.

Así que una primer forma de medir la participación deliberada, es pre-definir los objetivos. En el caso de implementar una política participativa preguntarse ¿Para qué queremos que las personas participen?¿Qué queremos lograr?¿Cuales son los espacios en que podrán aportar?¿Cuál es el efecto esperado?

Luego de compartir experiencias personales, nos dimos cuenta que algunas herramientas participativas funcionan mejor que otras, y pudimos definir que las más exitosas se deben a tres factores.
A que generan historias que realmente interpelan a las personas a través de la emoción, ideales, etc.
A que manejan correctamente y emprolijan la información, con lo cual se vuelve una herramienta útil para generar mapas de información.
A que generan confianza ya que se valen de otros medios que los validen, como los medios de comunicación u organizaciones del tercer sector.

Finalmente, definimos algunas características para poder analizar una acción participativa:

  • Los públicos objetivos de la acción. No todos van a participar, debemos elegir quien nos interesa a partir de la generación de un mapa de actores.
  • Los niveles de participación. Definir qué tipo de participación y compromiso tendrán estos públicos elegidos.
  • Intencionalidad. Pensar y diagramar cual es nuestra intención y cual es la intención de cada uno de estos participantes, para ofrecerles algo a cambio de su participación.
  • Aliados y cooperación. Dentro de los actores definidos, debemos pensar cuales serán nuestros aliados (aquellos que comparten el mismo objetivo y visión) y quienes estarán abiertos cooperan (aquellos que comparten alguno de nuestros objetivos y visión, pero no todos).
  • Call to Action. No sirve solo pedirle a las personas que participen, hay que indicarles cómo y de que forma pueden hacerlo. De esta manera se genera confianza en el circuito.

Por el lado de los datos abiertos, nos encontramos con el problema de que el impacto hasta el momento es ínfimo. Solo poca población sabe hacer uso y conoce de su importancia. Y que las políticas relacionadas, hasta ahora se han encontrado con una calle sin salida. Si bien se mostraron otros usos interesantes de los datos abiertos (y no tan abiertos) aún el camino es sinuoso.
Sumado a esto, los problemas de privacidad y el mal uso de los datos existentes, están generando más preocupación que buenos augurios.

Más allá de eso, tener formas de medirlos ayuda a tomar decisiones correctas sobre la estrategia. Para ello agrupamos las posibles formas de indicadores en 4 métodos:

  • Utilidad real. Poder establecer una necesidad del usuario final (por ejemplo, disminuir el tiempo de transbordo entre 2 transportes públicos) y definir indicadores relacionados a esa necesidad. De esta manera nos aseguramos una estrategia orientada a mejorar la calidad de vida que no será en vano.
  • Medición cualitativa. Una encuesta tradicional permite establecer si los ciudadanos están en condiciones de percibir el beneficio.
  • Auditoría externa. Muchas veces una evaluación objetiva es la mejor forma de estudiar el impacto.
  • Estrategia temporal. No solo sirve medir el impacto final, sino que se deben definir los momentos en que se tomarán muestras para analizar la evolución previamente planificada. De esta manera, podemos asegurar que exista un cambio de comportamiento en el tiempo para poder pivotear a tiempo.

Los datos abiertos son un aporte más de una estrategia de Gobierno Abierto, que es el que general el impacto. No al revés.

También hemos discutido la importancia de la serendípia como causante de nuevos escenarios. Pero para considerarla una metodología parte de la estrategia, o mas bien, parte del ecosistema innovador, debemos poder medirlo a partir de un método empírico determinado. Si bien es cierto que puede generar grandes saltos creativos, para poder considerarse dentro de nuestro mapa estratégico, debemos tomar pruebas constantemente para poder entender su evolución e impacto.

Por último, hemos notado que a veces existe una creencia ciega en estos nuevos paradigmas tales como bigData, que no se diferencian muchos del nacimiento de la estadística en la década de 1910. Y que debemos tener cuidado de no caer en una tecnocrácia.

En conclusión, se necesita poder definir una estrategia fuerte, con formas de medir su evolución al mismo tiempo que poder cambiar de táctica si el efecto que estamos causando no es el esperado. La innovación es un cambio cultural, y debemos pensarlo como un efecto a largo plazo que requiere de constancia e inteligencia para llegar al final.
La participación aislada, por más multitudinaria y visible que sea, no tiene un impacto real en el cambio de comportamiento de las personas. Solo aquella que puede entender el campo total de los actores, intenciones y necesidades, podrá desarrollar una estrategia participativa que como efecto mejorará sustancialmente la noción de transparencia.

Esperamos, con estas conclusiones, y muchas otras en las que estamos trabajando, poder contener toda el aprendizaje generado en los manuales que estamos preparando en CHIRIPA para ayudar a los gobiernos locales a conocer las buenas prácticas.

Innovación social, politicas de gobierno y comprensión de la cultura local.

Si las politicas innovativas, de cualquier índole, son copiar otras sin intención de adaptarlas y comprender a la situación e idiosincracia de la cultura local, es lo mismo que nada.
Creo que la potencialidad de trabajar sobre la sociedad o la cultura en las ciudades es que cada una es única y heterogenea a la vez. Por lo tanto las politicas, si bien pueden ser inspiradas por los avances de otras ciudades, deben surgir en base a las necesidades y problematicas locales.

Siendo latinoamérica, no puedo dejar de pensar en la voluntad y en la expresividad de nuestro pueblo. Una sociedad que lucha y que defiende lo propio. Y si hablamos de Buenos Aires, nuestra cultura mixta deja a la vista nuestra capacidad de relacionarnos, de valorizar e incluso de ser altamente criticos pero tambien soberbios en muchos aspectos.
Todo esto y más hay que pensar cuan bien podemos hacerle a esta sociedad.

Y dentro de mis reflexiones acerca de las innovaciones tecnológicas que se avecinan, conocidas como «smart cities». Me pregunto qué capacidad receptiva tendremos al respecto, cuando la desigualdad aumenta no solo en grados económicos sino culturales y demográficos.
¿Cómo podemos integrar estos sistemas digitales a la vida de las personas comunes? ¿Acaso el plan de computadoras portatiles que se ejecuta actualmente alcanzará para que los adultos del futuro sean capaces de manejarse en estos sistemas? ¿Y qué pasa con los adultos actuales que aún viven en un mundo analógico?
¿Acaso son los celulares y pseudo smatphones los que están generando mas cultura digital que los planes de educación?

Me parece que en este punto la gran brecha de la participación ciudadana está dejando, año a año más personas afuera de este sistema que de forma falaz llamamos democracia.
En vez de enseñar a utilizar estas herramientas para la producción, e incluso la reflexión, se genera un medio más de entretenimiento que poco tiene que ver con las, tan de moda, «industrias culturales».

¿De qué sirve darle voz a personas que ya tienen acceso? Es casi hipócrita generar más medios de comunicación con la sociedad siendo siempre con el mismo publico, sino enseñar a los pueblos a defender lo suyo, a las clases sociales o sectores o como les guste llamar a todos los habitantes, y no solo ciudadanos, de esta y otras ciudades a poder crear sus propios medios de intercambio de valores, de soluciones a sus problemas y de ideales para el crecimiento.

Dada la naturaleza de las sociedades urbanas, los espacios siempre se crean. Responde a las politicas locales si estos serán espacios integrados o disociados, respetados o marginados; y por lo tanto la relación de estos en tanto una construcción mutua de la sociedad.
De esto se trata la legitimación gubernamental. Pensar que la democracia es solo la elección de los representantes es una simplificación mal formada, las acciones deben ser legitimadas por el pueblo, todo lo que se haga fuera de eso es un potencial autoritarismo. Y para que sea efectivo, existe la metodología del plebiscito que permite en diferentes grados una participación ciudadana.

Entonces, pido consideración a quienes tengan la capacidad de tomar decisiones, que no se limiten solo a decidir, sino evaluar, confrontar y más que nada aprender a observar más allá de su propio entorno para planificar y ejecutar.
Y en tanto todos somos actores dentro de este espacio en común, considero que tambien somos responsables de las innovaciones sociales que podemos llegar a disparar desde nuestro propio interés. Para esto hay que accionar y no dejarse llevar por el espacio de confort que es, sobre todo en nuestra región, una ilusión.

Imagen tomada del NYTimes

Publicidad y propaganda desde los 20 – El siglo del yo

el siglo del yoHoy hay veda por las elecciones, pero eso no quita que hable de política y publicidad. Cosas que me gustan. Y principalmente porque como en España se le llama «jornada de reflexión» que es mucho más interesante. Pero acá prefieren que no reflexionemos, nisiquiera hablemos.

Encontré un video documental titulado El siglo del yo que habla sobre la influencia de los pensamientos del Freud en la publicidad y en la política.
Aún comienzo a verlo, pero quería dejarles algunas impresiones.

En principio habla sobre la introducción del cigarrillo en la mujer, como símbolo de poder. Me hizo acordar a Mad Men, y también en los actos psicomágicos de Jodorowsky, pero usados con otras intenciones.
Por otro lado, el concepto en los años 20 de una democracia de masas, una forma de «que las personas no importen más como ciudadanos sino como consumidores». Y es algo contra lo que yo combato continuamente para que cada uno se de cuenta del poder que tiene si se hace cargo de su responsabilidad. Pero pasaron casi 90 años con la cabeza lavada por el consumismo y la democracia que «es como un medicamento que los hace feliz pero sin alterar las circunstancias objetivas que lo causan».
Siguiendo la línea, se habla de una democracia que fué «originada para cambiar las relaciones de poder», una democracia que desde Democracia Real Ya! se vuelve a reinvindicar, pero que en ese entonces se cambia por una «democracia que buscaba mantener las relaciones de poder» a cualquier costo.

Y así, con todo el consumismo llega la crisis de los 30, y en Europa esto se refleja como sucede hace unos años. La respuesta a esto fué el fascismo. Y acá es donde me da más miedo y mas fuerza para apoyar los movimientos democráticos. Porque la campaña de Hitler (que fué elegido por el pueblo) tuvo como mensaje «38 partidos y 6 millones de desempleados» alegando que tantas ideas no sirven. Y así su modelo de que el estado controle el mercado y el ocio de la gente a través de la organización «fuerza mediante la felicidad» me hace recordar al «para todos» de nuestra presidenta.
Porque en el fondo el FpV también tiene un modelo Nacional Socialista. Goebbels dijo «Puede parecer una buena idea mantener el poder mediante armas, pero es mucho mejor si ganas el corazón de la gente».

Y yo pienso que lo único que detiene la posibilidad de un golpe de estado, es el miedo al terrorismo y a la violencia que eso implica. Pero no quita de ning´ún modo la posibilidad de un liderazgo y un poder autoritario como lo fué el Nazismo, para esta era.

En EEUU también repercutió de una manera similar, y Roosevelt pidió poder absoluto para el Poder Ejecutivo mientras las masas enfurecidas culpaban a las grandes Empresas por la crisis. Un escenario similar al de 2001 en Argentina.

Finalmente, se pasa de pensar en la gente como seres irracionales a personas racionales para las que se usaban encuestas y métodos cientificos para saber lo que realmente querían. Nada muy lejano a los focus groups que usa el marketing aún hoy en día. Todas cosas ya obsoletas, claro.

Y Roosevelt fué elegido y se libró una batalla entre las grandes empresas y el gobierno, donde estos últimos alegan la «manipulación de los medios» por parte de las empresas siendo un gran peligro para las instituciones democráticas. Y como postre, Nueva York organiza una feria llamada «Futurama» para mostrar la conexión entre las empresas y la democracia.

Yo me pregunto por qué cada vez que hay una guerra entre las corporaciones y los estados se hace una feria sobre el futuro ? Digo, porque hay muchos casos, como
la gran feria internacional en Londres de 1851 y muchas otras que vinieron después.

En cualquier caso, las dos opciones son aberrantes, y yo creo que estamos tomando conciencia y llegando a un punto intermedio donde se piense en el bien de la sociedad.

Si son conspiranoicos, no dejen de ver este documental. Y sino también porque es muy interesante para reflexionar. Espero que tengan una buena elección mañana y elijan con sabiduría.